A vueltas con la nueva sede de Casa Caridad
Uno se pregunta qué pasa con la nueva sede que Casa Caridad está construyendo en el barrio de Benicalap de Valencia viendo el estado de sitio en que la policía nacional y local ha convertido los aledaños de la zona de obras.
Si alguien ha vivido en esta zona residencial (como es mi caso) no puede por menos que sorprenderse de ver tal dispositivo de seguridad en un barrio más que tranquilo y sosegado, donde todavía se conserva en muchas de sus calles la tradición de bajar a la fresca para sentarse a charlar amigablemente con los vecinos.
Y más llamativo es ver que este despliegue de seguridad viene promovido por un proyecto de transfondo solidario y social que ha provocado el rechazo frontal de gran parte de los vecinos. Así que dentro de mis posibilidades he decidido intentar analizar cómo se ha llegado a generar este problema que saca a más de mil vecinos cada jueves para manifestarse en contra de este proyecto, en un barrio donde precisamente jamás he visto problemas de integración social o de solidaridad, sino más bien todo lo contrario.
Salir de tu patio una mañana y ver que han dado inicio unas obras en el solar que tenías enfrente convertido en aparcamiento desde hace años debería ser motivo de alegría. Pero aquí encontramos una de las mayores causas del problema, porque… ¿qué se estaba construyendo? Porque ni una valla, ni un cartel, ni un triste panfleto informativo constaba en la obra o se había distribuido entre los vecinos. Cosa llamativa si tenemos en cuenta que el solar es de propiedad municipal y bien saben los ciudadanos lo que gusta a las administraciones públicas presumir de iniciar nuevas obras, aunque sólo se intervenga en ellas aportando el suelo como es el caso que nos ocupa.
Y por supuesto, en una sociedad como la nuestra, donde los dimes y diretes están a la orden del día y la rumorología se convierte rápida y maquiavélicamente en una verdad verdadera, no es de extrañar que pronto empezase el boca a boca entre los vecinos sobre lo que se estaba construyendo. Y es que tras las primeras consultas se supo que era Casa Caridad la que estaba tras el proyecto, pero nada más.
Y en un pis pas se trataba de una nueva dependencia donde se iba a atender y dispensar tratamiento a los dependientes de metadona, se iban a construir torres de seis alturas, se iba a dar a alojamiento a los expresidiarios de Picassent y el barrio iba a convertirse en un foco de toxicómanos, ladrones y gente de escasos recursos que iban a dar al traste con la regeneración urbanística de esta zona que tantos años había costado intentar sacar adelante.
Se inició la recogida de firmas en contra del proyecto, se masacró verbalmente a la Asociación de Vecinos de Benicalap por la asepsia informativa y nulo interés puesto en esta obra (muy criticable las formas y modos en que muchos vecinos trataron a la asociación), se iniciaron convocatorias por las redes sociales para paralizar el proyecto y se empezó a organizar una nueva plataforma vecinal encargada de dirigir las actuaciones encaminadas a abortar este proyecto.
Y ante tal avalancha de protesta, fue entonces cuando Ayuntamiento y Casa Caridad decidieron presentar esta actuación de manera oficial, dar contestación e información detallada del mismo, colocar valla informativa en la obra, iniciar campaña de publicidad sobre el proyecto en los medios, o incluso convocar a las asociaciones culturales y sociales de Benicalap a reuniones informativas para trasladarles directamente el proyecto. Se negó tajantemente muchas de las denuncias vecinales, se justificó oficialmente el porqué se emplazaba en este solar y no en otro…
Pero ya era tarde, el daño estaba hecho y los vecinos posicionados en una gran mayoría contra la nueva sede de Casa Caridad en Benicalap. Y ahora cada jueves las calles de este barrio acogen a más de mil personas (con lo que cuesta sacar de casa hoy en día a este número) en procesión pacífica pero reivindicativa protestando contra un proyecto que para ellos degradará el barrio, es un macroproyecto que ningún otro barrio ha querido y generará un auténtico gueto.
Y así se está viviendo en Benicalap varios meses ya. Con protestas y manifestaciones, pancartas en balcones, presencia continuada de la policía, obras paralizadas y retomadas con protección, acusaciones por las dos partes de faltar a la verdad, posicionamiento de otras asociaciones vecinales sobre este proyecto (esto por cierto me merecería algún comentario)… para que al final acabemos ¿cómo?.
Porque lo único que pude tenerse claro es que un proyecto que nace con la oposición de una gran mayoría de vecinos que deben convivir a diario con el mismo, no augura un final feliz. Si se mantiene en los actuales planteamientos seguramente provocará un éxodo de vecinos reacios a otras zonas de Valencia y poco respaldo de los que se queden.
Ayuntamiento, vecinos y Casa Caridad deberían sentarse y analizar tranquilamente si un proyecto como este debe realizarse tal cual está diseñado en la actualidad o debe rediseñarse teniendo en cuenta algunas de las reivindicaciones vecinales, que piden básicamente un centro de menor envergadura y la distribución en varios barrios de centros sociales de un tamaño similar para distribuir la atención. Eso o ubicar este centro en algún edificio ya construido y sin utilidad actual.
Los más de 5 millones de euros que cuesta esta actuación y su indiscutible finalidad social merecen un proyecto (o varios) que cuenten con el pleno respaldo de la sociedad valenciana y de los vecinos de las zonas donde deba (o deban) ubicarse. Eso o aplicar la política de oídos sordos y el ordeno y mando, que personalmente no creo que sea la forma de solventar estos problemas. Todavía se está a tiempo de alcanzar un consenso imprescindible en este tema.
Como digo vivo en el barrio casi toda la vida han nacidos mis hijos y ahora vienen mis nietos, y lucho porque seamos un barrio tranquilo como hasta ahora. el proyecto del que hablamos nadie ha venido a explicarnos qué es en realidad y mucho nos tememos que sea algo que vaya contra los intereses del barrio. nos hacen falta guarderias, colegios,un comedor social arreglo a nuestras necesidades (no un centro mastodontico) para recoger todos los necesitados de la ciudad,, centro de actividades para .jóvenes, un polideportivo y así seguiria y sobre todo necesitamos informacion por parte de los politicos que al fin y al cabo les votamos nosotros.otra cosa es lo de la policia sin haber habido ningun problema se nos lleno el barrio como si fuera un gueto todo controlado por ellos y vuelvo a decir sin ningun problema.