No solo el Valenciano, ¡todas!
Y que le ha dado al PP por sentirse encarcelados. Evidentemente ya no pueden hacer lo que hacían, todo mal, por lo visto: más de 45000 millones de euros de deuda.
Sienten añoranza: eran otros tiempos, recortaban aulas y profesores a la enseñanza pública. ¡Eran libres! Podían hacer lo que querían. Hoy hacen suyos los versos de Jorge Manrique: .. “cualquier tiempo pasado fue mejor”.
Auténticos “Calimeros”, quieren ser los ositos de peluche que todos se lleven a casa para ser acariciados. Claro, yo no me imagino un peluche con cara de Isabel Bonig o de Adrián Ballester o de... ¡qué horror! Libertad, libertad, cantaban hace unos meses, como si estuvieran entre barrotes, ¡vaya juerga! Les da risa lo de la libertad. Porque en serio no van.
Y ahora “la llengua”, ¡Mare megua! ¡Que Déu ens pille confessats!
Le toca al decreto de plurilingüismo, que necesariamente hay que cambiar porque con el suyo, el del PP, aquí en la Comunidad no aprende una lengua ni propia ni extraña ninguno de nuestros hijos. Tenemos que trabajar todos JUNTOS, de una vez, para lograr el nivel homologable a la titulación europea y no perder el tren lingüístico.
Ahora resulta que ponen el foco, OTRA VEZ EN EL VALENCIANO, que tantos frutos les dio en votos antaño en la Vega Baja.
Creo que piensan que somos memos, ¡como si el pueblo no hubiera madurado!
Actúan como si no nos diéramos cuenta de que nuestros hijos necesitan el inglés, el francés o el alemán, el castellano y el valenciano “como el comer”.
Actúan como si no pensáramos que necesitan las lenguas para las profesiones que desarrollen el día de mañana.
El inglés, porque quizás el comercio sea su prioridad y debe relacionarse con el exterior, lo mismo que el francés, chino o alemán, ¡quién sabe!
El castellano, por supuesto, y es que en las zonas de inmersión lingüística el castellano se está olvidando y luego, el día de mañana, lo necesitan para relacionarse con el resto del Estado o con la propia comunidad, ¡es una necesidad!
Pero es que al Valenciano en las zonas castellano parlantes le pasa lo mismo, y ahí es donde el PP quiere montar el lio: ¿por qué renunciar a ampliar las posibilidades laborales de nuestros hijos?, ¡que algún político sensato del PP, me lo explique!
En la función pública, es necesario en la comunidad valenciana el conocimiento de ambas lenguas y se debe exigir, no es opcional, porque el que obtiene una plaza es para poder trabajar en todo el territorio de la Comunidad Valenciana y la opción de traslado de puesto de trabajo existe con el tiempo. No es discutible.
Lo que no puede confundirse es la función pública con otros puestos de trabajo municipales (sin posibilidad de concurso de traslados).
Las zonas castellano parlantes necesitamos que el PP deje de enredar y confundir a la ciudadanía. Todos queremos que a nuestros hijos no les falte posibilidades laborales y el conocimiento de las lenguas con sus correspondientes titulaciones aumenta la probabilidad de trabajo garantizado.
Nada hay de cierto en eliminar la exención. La voluntariedad debe seguir siendo una posibilidad a la hora de la elección. Pero los padres que decidan esta opción que lo valoren bien, no se trata del futuro de esta comarca, ni de ellos, se trata del futuro de sus hijos e hijas.
Es cierto que lo que hay que mejorar es el incentivo para que ningún alumno de bachiller deje de estudiar el valenciano en las zonas castellano-parlantes. Esto es lo que me preocupa. Quizás, si los políticos trabajáramos para que el nivel de valenciano alcanzado en el bachiller sea premiado convenientemente, el problema desaparecería. Ésta podría ser la solución y ahí podríamos tener el consenso de la comunidad educativa: padres y madres y profesorado.
Si tras aprobar el bachiller los alumnos tuvieran el reconocimiento conveniente de la junta calificadora, los padres y madres de la vega baja, de Requena y Utiel y de otros lugares junto a los profesores ayudarían a que ninguno de nuestros hijos quiera abandonar la enseñanza del valenciano, con el pretexto de que le baja la nota media de bachiller.
Abogo por un decreto de plurilingüismo que nos ayude a que nuestros hijos conozcan las lenguas de forma real y sus retos profesionales se enriquezcan con el conocimiento de las mismas. Ellos, los del PP, que hagan ruido con la música de los 70.