Señorías que nos hunden "La Fe"
Estos días estamos conociendo innumerables llamadas a superar cuanto antes el esperpento que vivimos en la Comunitat Valenciana protagonizado por unas “izquierdas” que dicen ser de nuevo cuño pero que siguen practicando viejísimos desencuentros hasta el límite de hacer posible que vuelvan a mandar quienes no cesan de hacerlo desde hace 20 años. Con buen criterio, varias fuerzas sociales así lo reclamaron la semana pasada.
Artículos periodísticos desgranan una serie de medidas, pedidas unas al hipotético nuevo Gobierno, o reflejando lo que han podido sacar del posible Programa de Gobierno del hipotético tripartito. Sale la huerta, la Cultura, la Hacienda valenciana… pero una vez más, ni periodistas ni líderes sociales ni las “nuevas glorias” políticas recuerdan que un puñado de viejos y Quijotes seguimos saliendo una vez al mes a la calle para reclamar un Mapa Sanitario lógico y que no se consume la atrocidad en marcha contra la Sanidad Pública metropolitana que supondría derribar La Fe de Campanar.
Luchamos en primer lugar contra la invisibilidad de propios y extraños, por lo que escribo estas líneas con la intención de golpear de algún modo la conciencia de esas “nuevas izquierdas”, de algún periodista y de los dirigentes sociales y vecinales advirtiendo de que existe riesgo real de que por encantarse repartiéndose poltronas y egos se le escape que el PP dejó en marcha un procedimiento administrativo para demoler un inmenso patrimonio que es de todos.
Si no frenan ese procedimiento, algún funcionario avezado puede ocasionar una situación explosiva metiendo los bulldozers a derribar el símbolo de la resistencia por la Sanidad Pública que supone La Fe de Campanar porque nadie paralizó a tiempo el Expediente. Estas líneas deberían recordar a unos y a otros que en este tema el PP ha dejado una mina en el camino del nuevo Gobierno valenciano, un reto a su eficacia y sensibilidad con la insana intención de que le estalle y suponga una primera incongruencia que lo haga empezar con un grave conflicto de orden público; algo así como lo ocurrido en el Cabanyal cuando aquella carga famosa.
Recuerdo a las “nuevas autoridades” que en cuatro años de manifestaciones unos y otros se han dejado caer en uno u otro momento a testimoniarnos su adhesión; ahora todos tenemos la prueba de fuego de demostrar a la ciudadanía, en una zona que desde entonces viene votando con intensidad creciente a todas las izquierdas, que las Izquierdas, las nuevas y las tradicionales, tenemos palabra y somos capaces de solucionar cosas a tiempo. No hablo de hipótesis ni de futuribles, sino de la amenaza más real y concreta, en marcha, contra la Sanidad Pública metropolitana, algo que hoy se podría parar de un plumazo, pero si las izquierdas se dedican a mirarse el ombligo, quizá empiecen mal su andadura.
Por de pronto, mantenemos la convocatoria para la 43ª manifestación. Os esperamos el 17, donde siempre; aún estamos a tiempo.