Playas Privadas. No Gracias
El pasado 9 de mayo se aprobó en el Congreso de Los Diputados una nueva Ley de Costas que da vía libre a la desprotección y a la privatización del litoral. La nueva ley, denominada Ley 2/2013, de 29 de mayo, de protección y uso sostenible del litoral y de modificación de la Ley 22/1988, de 28 de julio, de Costas, cambia sustancialmente la anterior legislación, favorece la privatización de la costa, genera inseguridad jurídica y no tiene en cuenta criterios científicos tales como indicadores ecológicos de nuestro litoral, sin tener en cuenta la destrucción de factores bióticos y abióticos de nuestro ecosistema. Las discusiones realizadas en esta materia desde las distintas administraciones, gobernadas por el PP o el PSOE coincidiendo ambos en un límite métrico de protección, es erróneo excluyendo de una manera mal intencionada a la comunidad científico-ecológica, en un ejemplo claro de manipulación a la opinión pública hacia el pensamiento único.
La nueva Ley de Costas otorga a los ayuntamientos una herramienta nueva para urbanizar, sabiendo como nuestras/os alcaldesas/es en la Comarca de La Marina Alta han sucumbido al dinero fácil de la “burbuja inmobiliaria”, ahogando la franja litoral de ladrillo y hormigón, a una velocidad sin precedentes de destrucción del dominio público marítimo terrestre. Vergonzoso es en nuestro territorio el caso de Calp, un impacto paisajístico brutal con edificaciones sin control y ocupación de zonas inundables, salinas, marismas y zonas de gran valor ecológico y arqueológico.
Los efectos más importantes del cambio climático en las playas son la variación en la cota de inundación y el avance de la línea de costa hacia el interior. Así como los efectos en obras marítimas, el cambio climático puede suponer importantes cambios en el rebase e inundación en estructuras, como puertos, diques de contención, o paseos marítimos entre otros, sabiendo estos datos porqué la presión sobre la costa no cesa y las ampliaciones de paseos marítimos son constantes en municipios como Dénia, favoreciendo los negocios privados-particulares de Isabel Bonig y sus alcaldesas/es en los diferentes municipios de la Marina Alta.
Sí la avaricia de los diferentes actores en la destrucción de nuestro litoral no se detiene y los objetivos a alcanzar no adquieren matices de protección medio ambiental, nuestras/os hijas/os no conocerán las playas públicas, aptas para el baño y disfrute de todas/os.
