Al nuevo responsable provincial de Turismo
Benidorm espera conocer el nombre del nuevo responsable de Turismo en la Diputación Provincial de Alicante. Rectificar es de sabios, por eso el señor Albaladejo probablemente no rectifica su pataleta en la reunión de Hosbec sobre el balance del verano a la que fue invitado en Benidorm, y mientras tanto, entendemos que Luisa Pastor, la presidenta, será nuestro interlocutor.
A la persona que asuma el cargo de Albaladejo, con indiferencia de su lugar de procedencia, me gustaría pedirle sólo una cosa: respeto. Lo dijo el alcalde, Agustín Navarro, nos ha costado muchas décadas de esfuerzo posicionarnos como líder turístico, no puede venir alguien que se cree que sabe de turismo a vilipendiarnos. Benidorm no se puede comparar con ninguna otra de las ciudades de la provincia, puesto que constituye ella sola el 6% del PIB de la Comunitat, y el 0,5% del PIB nacional. Es la tercera ciudad de España en plazas hoteleras, generando más del 50% de los empleos en establecimientos turísticos de la provincia de Alicante y superando por sí solo a cada una de las otras dos provincias de la Comunitat en este sentido. Benidorm se consolida además cada año como el principal destino turístico peninsular con un registro de pernoctaciones hoteleras que se sitúa tan sólo por detrás de Madrid y Barcelona, mientras que en campings es líder en pernoctaciones en toda España, y en apartamentos turísticos sólo se sitúa por detrás de los municipios canarios.
No quiero entrar en la comparativa sobre las ayudas que entrega la Diputación a cada municipio para promoción turística. Las subvenciones escasas no empequeñecen Benidorm, sino a quienes las entregan creyéndose superiores por manejar con sus manos el dinero de otros. El señor Albaladejo y yo nos iremos de la política, pero Benidorm continuará siendo la joya que es, y, probablemente su política de subvenciones quedará como una mancha negra que dibujó un hombre que gobernó desde la envidia y el rencor.
Los políticos tenemos que estar a la altura en los actos públicos y no dejarnos llevar por las pasiones personales. De un diputado de turismo se espera cortesía y educación en las reuniones con los agentes sociales y con la ciudadanía a la que sirve, con independencia de si la ciudad de estos le gusta más o menos. Parece algo tan básico que ruboriza tener que explicarlo aquí.
No me resigno a finalizar sin comentar otro detalle. Tras el incidente ante los representantes empresariales y políticos de Benidorm hubo quien se olvidó de su ‘benidormerismo´ y quiso ser el primero en lanzarse a defender lo indefendible cegado, seguramente, por el color de las siglas de un partido con muchos frentes abiertos, en la provincia y la ciudad. Con un poco de reflexión de por medio estoy seguro de que a la hora de posicionarse, lo estará con su Benidorm.
Hay cosas que no admiten discusión, y el respeto a nuestra ciudad está por encima de todo. El alcalde lo ha demostrado sobradamente. Lo de que Benidorm no sea municipio turístico y no pueda beneficiarse de las ventajas de ésta ley es más que un insulto. La ley se hizo mal en 2002, y doce años después continúa sin corregirse. Mi partido no estuvo a la altura cuando gobernó –ya ven que no me duele criticar al PSOE, mi partido, si se trata de mi pueblo-, pero después de tantas críticas y tanto ‘benidormerismo’, el PP lleva tres años sin hacer nada.
Así que, al nuevo responsable provincial de turismo le pido, por encima de todo, respeto. Y si lo hace tendrá nuestra lealtad institucional. Aunque no coincidamos en muchas de sus políticas y aunque no nos ayude a cambiar la ley para que seamos, oficialmente, municipio turístico.
