25 de Noviembre. Contra la violencia de género: Educación en igualdad

La violencia de género es la representación más brutal de desigualdad en las relaciones de poder entre mujeres y hombres. Una forma de discriminación intemporal que tiene su origen en una estructura social de naturaleza patriarcal. Por lo tanto, es evidente que la educación en valores de igualdad y respeto es esencial para romper con los estereotipos sexistas que fundamentan la desigualdad de género, como también lo es la sensibilización, la protección y el apoyo a las víctimas.

Pese a estas evidencias, desde la llegada del PP al gobierno de España, se ha producido un recorte de más de un 28% en los presupuestos destinados a los programas de prevención; la estrategia nacional contra la violencia de género no aparece en ninguna partida presupuestaria; el plan individualizado de atención a las víctimas lleva un año anunciado sin que nadie sepa en qué consiste; están cerrando Casas de Acogida, entre ellas, la vivienda tutelada de Castelló, la reforma local califica de impropia la atención a las víctimas de violencia de género; las campañas institucionales de prevención son testimoniales, y el nuevo sistema para contabilizar a las víctimas no incluirá a aquellas mujeres no que permanezcan más de 24 horas en un centro sanitario, como si las palizas, los moratones, los golpes y el terror psicológico, no formaran también parte de la violencia de género. Y mientras tanto, el terrorismo machista sigue matando: más de 700 mujeres han sido asesinadas en los últimos diez años.

En materia educativa, han suprimido la única asignatura que incluía contenidos en educación afectivo-sexual y en valores de igualdad, Educación para la Ciudadanía, además de favorecer y reforzar los centros segregadores por sexo en la nueva LOMCE, y pese a que la organización Mundial de la Salud ha acreditado que los programas educativos en países desarrollados funcionan para frenar el machismo.

Todo ello, en un contexto en el que la Memoria del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial para 2013 hace que se disparen todas las alarmas. Entre 2011 y 2012, los procesos judiciales entre adolescentes se han incrementado en un 30%, pasando de 473 a 632. Sin embargo, esta puede ser sólo la punta del iceberg, dado que muchas familias no llegan a los juzgados y otras ni siquiera llegan a identificar la situación de maltrato.

Entre estudiantes de ESO y Bachillerato se refleja cómo los estereotipos machistas se reproducen entre los más jóvenes: el 80% considera que ella debe satisfaces las necesidades de él, el 60% ve con normalidad los celos, y el 30% cree que la chica “se realiza” cuando tiene novio, reproduciéndose roles que creíamos superados y en los que el chico ejerce esa dominación a través del control, mientras las chicas adoptan una actitud sumisa o complaciente. Las nuevas tecnologías: redes sociales, whatsapp, contribuyen a ese control que en muchos casos poco tiene que ver con una relación afectiva saludable.

Por todo ello, debemos exigir al Gobierno la inmediata elaboración de un plan integral para abordar la violencia de género en la juventud que incorpore la perspectiva de género en el currículo educativo, así como la incorporación de programas de formación específica al profesorado para capacitarles en la detección de situaciones de violencia. Del mismo modo, es imprescindible la elaboración de programas de atención integral a las víctimas de violencia de género menores de edad, que incluya acciones dirigidas tanto a padres y madres, como a los agresores. Y por supuesto, campañas institucionales específicas para la prevención de la violencia de género entre los jóvenes y adolescentes.

El ámbito educativo es el adecuado para promover cambios que favorezcan las relaciones de igualdad entre las personas y acabar con todo tipo de discriminación. El machismo es la antesala de la violencia de género. Solo educando en igualdad podremos llegar a prevenirla.