Niños y niñas sin libros : ¡La Constitución no se cumple!
Las graves dificultades económicas por las que están pasando miles de familias alicantinas se han trasladado a los centros educativos, que no saben cómo dar respuesta a tanta demanda de alumnos que, casi dos meses después del inicio de curso, van diariamente al Colegio o al Instituto sin libros, porque sus familias no pueden hacer frente al coste de los mismos.
Hace pocos días, la Asociación de Directores de Centros de Enseñanza hacía cálculos de que en los centros de Alicante hay una media de un 10% de estudiantes que no disponen de libros, porque sus familias no tienen recursos para pagarlos, en muchos casos porque no tienen ni para comer.
Las becas del pasado curso todavía no se han cobrado y las de este año siguen pendientes. Vergonzosa e intolerable la gestión del Consell Valenciano, máximo responsable de esta situación injusta.
Me pregunto, ¡inocente de mí!, cómo, tras dos meses de curso, puede haber alumnos en el aula sin libros, cómo pueden hacer los deberes en casa sin materiales o cómo van a ser evaluados. Me llegan incluso informaciones fidedignas de que algún que otro profesor tiene la poca sensibilidad de exigir públicamente a estos niños que traigan los libros, con el efecto negativo que ello supone para la autoestima de estos alumnos, al quedar en evidencia la situación de pobreza de su familia. ¡Lamentable!
Algunos centros acuden a las fotocopias del material o de algunos capítulos para poder seguir con las clases.
La Constitución establece que la enseñanza básica es obligatoria y gratuita, pero ¿Por qué la Constitución en unos casos se convierte en dogma de fe, como ocurre con la última modificación del Art. 135, aprobada por el PSOE y el PP en el verano de 2011, que consagra la prioridad absoluta del pago de la deuda pública y de los intereses sobre cualquier otro pago, y sin embargo en otros es papel mojado, como ocurre con Art. 27.4 que establece que la enseñanza básica es obligatoria y gratuita (y que comprende la gratuidad efectiva en las etapas obligatorias sino los libros, el transporte y el comedor).
Pero mi capacidad de indignación se ha visto desbordada, al saber que la Conselleria de Hacienda y Administración Pública, en una resolución publicada el 11 de octubre en el DOGV, acaba de destinar 2´35 millones de euros, que estaban consignados para los programas de refuerzo del alumnado y lucha contra el abandono temprano de la educación, para pagar a los centros privados concertados que imparten bachillerato que es una etapa no obligatoria. La partida destinada a centros privados concertados que imparten bachillerato se ha visto incrementada, con este aumento de 2.35 millones de euros, hasta un total de 29.992.980 euros.
Con ese dinero estaría más que garantizada la gratuidad efectiva de libros, comedor y transporte de los niños y niñas de etapa obligatoria.
No puedo entender ni aceptar que se recorten las inversiones en la escuela pública y se reduzcan drásticamente las ayudas de libros o los programas de refuerzo y atención a los alumnos con necesidades en las etapas obligatorias, para pagar con ellas las etapas no obligatorias de centros privados concertados.
Este es el modelo que representa el PP ¡Todo un ejemplo de insolidaridad y de injusticia social!
Es urgente que la actual administración educativa valenciana haga efectiva la gratuidad consagrada en la Constitución y que ningún niño o niña pueda estar un día más sin libros.
Pero es también imprescindible un cambio profundo de gobierno en el País Valenciano, para construir una nueva sociedad en la que la educación, la salud y los servicios públicos se conviertan en una prioridad de la acción política.
