Mujer, te quiero libre
En estos días vemos cómo el sector más radical del PP y de la jerarquía eclesiástica del catolicismo más rancio e involucionador ataca sistemáticamente el derecho de las mujeres a decidir sobre nuestros cuerpos. Pero no sólo eso, sino también sobre nuestras acciones y nuestras conciencias, pues si no es a sus dictados, hemos de sentirnos rematadamente mal por cuestionarnos si realmente deseamos o no ser madres, entre otras muchas cuestiones de tal importancia y trascendencia en nuestras vidas. Parece ser que con la crisis, hemos retrocedido también en igualdad y volvemos a ver cuestionados derechos que algunas creíamos ya consolidados.
Pero no sólo se cuestiona el tema del derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas, sino que también se cuestionan las políticas de igualdad en general, se reducen los recursos destinados a ello y aún desde el gobierno se preguntan si no han servido para nada las campañas de concienciación contra la violencia de género porque de forma escandalosa están aumentando los casos de violencia machista y muertes de mujeres a manos de hombres que no entienden que los seres humanos nacemos iguales y en libertad, o al menos así debería ser.
Pero la verdad es que el PP nunca ha creído en las políticas de igualdad, como demuestran las mofas de algunos de sus miembros hacia actuaciones concretas en pro de la igualdad o sus continuos recortes a las políticas de igualdad y de erradicación de la violencia de género. Estamos viendo cómo desde las más altas instituciones hasta los gobiernos locales, reducen sistemáticamente las partidas dedicadas a la igualdad y la promoción de las mujeres. A nivel local, el gobierno del PP ha decidido reducir considerablemente la partida dedicada a Isonomía en el convenio de este año, convenio que ha estado a punto de romperse por parte del equipo de gobierno de Clavell por considerar excesivo dedicar menos de 2000 euros a actividades organizadas por la Fundación para el pueblo de La Vall, de un presupuesto de más de 28 millones de euros.
Pero lo más grave de todo es que con la reforma que pretende el PP de Rajoy sobre la Ley de Régimen Local, la competencia que tienen los ayuntamientos en materia de igualdad se perdería por completo, dejando esta materia en tierra de nadie, con la consecuente desaparición de las políticas de promoción de la igualdad y contra el maltrato y la violencia de género.
Las mujeres sufrimos más las consecuencias de la crisis, que nos está asfixiando en todos los aspectos de la vida, por eso hemos de reclamar con más fuerza que nunca que hace falta mayor esfuerzo y dedicación para trabajar de forma transversal y a todos los niveles de la vida pública y privada por consolidar las políticas de igualdad y de promoción de las mujeres.
