El misterio de la SGAE
Estamos concluyendo el mes de febrero y entramos en la recta final, de lo que aquí en la provincia de Valencia, y muchas localidades de Castellón y Alicante se denomina última etapa del ejercicio fallero.
En menos de un mes una de las fiestas más emblemáticas en todo el país, y qué duda cabe la más popular de nuestra región, habrá consumido todos sus cartuchos y habrá quemado sus últimas horas… y no se trata de una metáfora, en las fallas pólvora y fuego son un binomio irreemplazable, precursor y forzoso, sin embargo no los únicos ingredientes de una celebración barroca y multidisciplinar por excelencia: la artesanía de la indumentaria, sodas las artes plásticas que se unen en el monumento...y LA MUSICA, como no!
Es impensable concebir esta celebración sin pasacalles y ofrendas en las que integrantes de las comisiones y público disfrutan del acompañamiento de las arraigadísimas bandas musicales, en la vertiente más tradicional, y además la parte más lúdica de verbenas, fiestas en los casales, concursos de play- back… y como no podía ser de otra manera..AHI ESTA LA SGAE!!!! No solo vigilando a los ayuntamientos y empresas con ánimo de lucro _sino no serian empresas_ como bares, discotecas, o cadenas de televisión, no, estos ya están controlados y exprimidos, ahora han iniciado una cruzada sin parangón para encontrar el caudal de las comisiones falleras.
Y entiendo que es preciso realizar consideraciones a ambos lados de la polémica:
De un lado el sujeto pasivo, las comisiones falleras, que son entidades sin ánimo de lucro, que realizan la mayor parte de sus actividad para un público indeterminado y general, en la mayor parte de las ocasiones de forma gratuita, y en la que no es así, _si se cobra_ el beneficio revierte en la población en general, en forma de fiestas, actividades culturales…etc. Comisiones que, además, no son ajenas a los tiempos de crisis que estamos viviendo y que están sufriendo, por tratarse de actividad que no es de primera necesidad, recortes en abonados, falleros, publicidad, subvenciones públicas y aportaciones privadas…
Y por otro la sociedad “recaudadora” de la que hemos de hacer notar: en primer lugar que es PRIVADA, que no tiene carácter público ni personalidad jurídica administrativa, que avale su intromisión en determinadas esferas ( lo digo a cuento de la presencia de sus inspectores en casales, reclamando les sean mostrados los libros de cuentas, o instando a los ayuntamientos para que les faciliten las direcciones de las organizaciones festeras); que según su propia página Web, no obtiene beneficios de su gestión, pero procede al “descuento” del 15,6 % de los derechos que gestiona, que liquida a los tres meses según los casos…entre 90.000 socios y 3.000.000 millones de obras.
No nos cansamos de ver artículos de prensa, noticias de televisión que rayan el esperpento por la voracidad de esta empresa privada, pero ya está llegando a unos límites, en los que de verdad, pienso si procedería hacer un frente común y desmontar el chiringuito a determinados vividores.
Y que nadie busque el recurso facilón de que estamos en contra de los derechos de autor o menoscabando la propiedad intelectual de artistas y creadores. Estamos señalando únicamente que no puede una EMPRESA PRIVADA ser juez y parte en un procedimiento que en ocasiones carece del mínimo sentido de la equidad. Y ahora les vuelve a tocar el turno a las fallas, porque están cerca…es como las huelgas de determinados servicios en estas épocas…que tanto criticamos todos…y a los progresistas gestores de esta empresa privada, ¿nadie les reprocha su voracidad?
Siempre hay misterios, como el embrujo del fuego….