Mientras Escocia dice no, Valencia debe decir basta
Los resultados no han podido ser más elocuentes. De entre un 85% de ciudadanos con derecho a voto, el 54% de los mismos ha dicho NO a una Escocia independiente del Reino Unido. Ahora bien, eso no ha significado que el 46% de los partidarios del SÍ hayan salido totalmente derrotados de la trifulca; puesto que, Escocia asumirá más competencias del Estado y ganará en autonomía regional.
Desde luego, el caso escocés no es comparable al caso catalán, ni mucho menos. La España de las autonomías aporta muchas más competencias estatales a las Comunidades que cualquier país federal de Europa. Escocia ahora tendrá competencia en materia sanitaria, cosa que aquí en España no hay Comunidad Autónoma que no la tenga, esa y otras tantas más.
Cataluña juega a ganar, sino en política, al menos en economía; el caso es que Cataluña gana siempre. Eso repercute en el resto de las Comunidades Autónomas, en el resto de España; pues, todos los demás perdemos en la redistribución de los recursos monetarios.
Siendo así las cosas, no logro entender cómo haya valencianos que defiendan los ajenos intereses catalanes y no los intereses propiamente valencianos. Según ellos, a los valencianos nos iría bien ‘depender’ de una Cataluña independiente, quedar bajo su órbita. Más o menos, pasaríamos de ‘ofrenar noves glòries a Espanya’ a ‘ofrenar noves glòries a Catalunya’. Según los catalanistas, nuestra Comunidad Valenciana es un país catalán, un país que junto con Catalunya y las islas Baleares alumbra ‘els Països Catalans’, una gran Cataluña.
¡Ya está bien! La Comunidad Valenciana no ha sido nunca un país catalán, ahí está la historia para corroborarlo. Siempre hemos sido una entidad política diferenciada, con población diversa, entre la que había, aparte de catalanes, mujeres y hombres occitanos, aragoneses, húngaros, mozárabes, moriscos y judíos. La lengua propia, en el siglo XIII, estaba en proceso de formación y será dos siglos después cuando aparecerá totalmente constituida con la traducción de la Biblia Vulgata al valenciano; tal y como reza el propio Bonifaci Ferrer. Son los catalanes los que hablan valenciano; bueno, los que lo hablan y lo escriben como pueden.
Esta pretensión catalanista repercute en la política autonómica, provincial, comarcal y local valenciana. ¿Cómo podemos votar a formación ‘catalanistas’ en la Comunidad Valenciana? Y, por otro lado, ¿cómo es que las formaciones valencianistas no se ponen nunca de acuerdo en cuestiones básicas? ¿Cómo puede darse el cantonalismo alicantino hacia Murcia, o el cantonalismo castellonense hacia Cataluña?
Lamentamos profundamente la hecatombe de Demòcrates Valencians, de Units per Valencia, de Poble, etc., etc. Pero, necesitamos políticas regionalistas serias, como en la mejor época de Unió Valenciana, sin perder de vista los intereses de España y del resto de Europa en el mundo.
Sea como fuere, lo que queda claro, a mi entender, después de lo de Escocia, es que el Compromís está en lo valenciano, no en lo catalán. Ha llegado, pues, la hora de decir: BASTA.