Una red metropolitana de transporte en Castellón
Todo suena a disparate, cuando hablamos del Tram o trolebus, 86 millones gastados para una línea de menos de 10 km que no tiene en servicio ni una cuarta parte desde hace 7 años. Con unos vehículos sobredimensionados para la ciudad que han pasado a ser convencionales y contaminantes a las primeras de cambio.
Al parecer los nuevos vehículos que adquirirá la empresa privada que tiene la concesión procederán de Polonia, donde circulaban aquellos clásicos trolebuses de los paises del este. Los IVECO suecos modelo Irish, al parecer son demasiado caros para lo que Castellón se merece. O quizá demasiado costoso llamar a una megagrua cada vez que se recalentaban.
Una línea recta que atraviesa el municipio este-oeste, no puede dividir en dos un conjunto como el Parque Ribalta, sin haber pasado por dos veces el examen de los tribunales, con 5 informes en contra, con el firme rechazo de miles de ciudadanos que se manifestaron en contra, y camino de su tercera derrota como ya ha ocurrido con el PGOU con el recurso presentado por el alcalde al Supremo. La alteración de las comunicaciones norte-sur, la eliminación de líneas de autobús y su frecuencia, la desaparición de más plazas de aparcamiento, no es más que la punta del iceberg de un proyecto ruinoso para un Ayuntamiento que ha obligado a endeudarse aún más a cada tramo que se construía. Lo que junto a la renuncia expresa de interconectar los municipios colindantes, es la expresión más clara de la ausencia de liderazgo de Castellón para conseguir financiación y vertebrar adecuadamente las comunicaciones de La Plana.
Hasta la fecha este proyecto, no ha supuesto más que quebraderos de cabeza para vecinos, comerciantes y viajeros, con transbordos innecesarios, descenso en las ventas del comercio, eliminación de zonas de carga y descarga, tŕafico rodado desviado sin ofrecer alternativas, aparcamientos de pago, plataformas en desuso entre otros. Los motivos de los vecinos de Gamonal parecen triviales al lado de este cúmulo de despropósitos.
¿Que pensarán los vecinos que quieran desplazarse a las localidades más próximas desde la capital? ¿o esos vecinos de la Avda del Mar o Hnos Bou cuando les eliminen 3 carriles y más de 22 plazas de aparcamiento? ¿cuando se encuentren sin salida al Mercado del Lunes y cerrado durante meses y con obras que se inician en plenas fiestas de la Magdalena para estar apunto para la cita electoral?. Cabe recordar que ólo en el Paseo Morella se eliminaron más de un centenar de aparcamientos. Y Languidecen vacios y con nuevos impuestos los aparcamientos subterráneos a pesar de tanta obra absurda.
Los Tram que circulan en Valencia y Alicante, como en cualquier otra ciudad europea, no endeudaron a sus Ayuntamientos puesto que no tuvieron que poner un euro, disponen de una sóla catenaria, tienen la opción de ser subterráneos y de añadir coches extra si fuera necesario. Estos Ayuntamientos disponen de varias líneas de titularidad pública que vertebran su área metropolitana. Castellón no cuenta con estas ventajas, se conforma con un trolebús en superficie para abaratar costes a la Generalitat. Si a esto añadimos los sobrecostes, contratiempos y retrasos fruto de una total improvisación, tenemos como resultado uno de los transportes más impopulares que se conoce.
Habrá que ver que dicen los vecinos, que apoyaron la creación de una red metropolitana, al comprobar que el alcalde Bataller no reacciona cuando la Consellera de infraestructuras Bonig le niega una red metropolitana, limitándola unicamente al área estrictamente urbana y debiendo privatizarla por no pagar su parte la Generalitat.
Para maquillar tanto despropósito económico-estratégico, Bataller anuncia la quimera de que creará una red metropolitana de bicicletas. En realidad esta propuesta ya venía recogida en una declaración socialista aprobada en pleno el año 2011. Olvidada convenientemente en algún cajón durante 4 años, sale a la luz a un año de las elecciones como cortina de humo que pretende ocultar la renuncia de un transporte público metropolitano. Bataller saca de la chistera y se atribuye propuestas socialistas, como ya hizo con el registro de bicicletas hace unos meses, lo que le exhibe como un alcalde romo en ideas, sin una acción de gobierno e incapaz de reunir a la oposición para dar fuerza a ninguna propuesta. La falta de iniciativas como la que podría haber materializado de haber compatibilizado los sistemas de préstamo de bicicletas de Vila-real y Castellón muestra la falta de voluntad en estos. Ni tan siquiera ha incorporado unas señales que adviertan de la presencia de bicicletas junto a los cruces peligrosos de los carriles bicicleta. Bataller y Bonig, no son nada creibles, utilizarán su campaña de 2015 lpara ocultarnos promesas, compromisos y apuestas que han dejado a Castellón a la cola en materia de transportes. Por ahora, sólo el grupo socialista en Castellón y Vila-real, parecen tener un verdadero empeño e interés por poner en marcha ambas redes metropolitanas decididamente.
Como decía Gaudí, hay gentes que ponen piedras para obstaculizar proyectos, por ello hay que utilizar esas piedras para que los proyectos salgan adelante.