Jubileo de catequistas y profesores de religión
Al inicio del curso pastoral, los catequistas y profesores de religión son enviados a catequizar en las parroquias o a enseñar la religión y la moral católica en la escuela. Este envío tiene lugar por el Obispo diocesano en una celebración de la Eucaristía, porque ésta es la fuente de la misión de toda la Iglesia. Catequistas y profesores de religión toman así una conciencia más viva de que es Jesús mismo quien los envía a través de su Iglesia. En esta ocasión lo haremos con la celebración del Jubileo diocesano.
El Jubileo es un tiempo de gracia de Dios para la conversión y la renovación personal y comunitaria, pastoral y misionera de toda nuestra Iglesia; es un tiempo “para crecer en comunión y salir a la misión”. Todos los cristianos por el bautismo estamos llamados por el mismo Jesus a ser discípulos misioneros suyos; es decir a creer en Él y a vivir unidos a Él, a seguir sus huellas y sus palabras, y a anunciar el Evangelio de palabra y por el testimonio de vida, allá donde nos encontremos. Si todos los diocesanos estamos invitados a acoger la gracia jubilar para renovarnos en nuestra vida cristiana y en nuestra misión, más aún lo están quienes una vocación y misión especiales en la Iglesia, como son, además de los pastores, los catequistas para acompañar en el proceso de la iniciación cristiana a niños, jóvenes o adultos y los profesores de religión y moral católica para la transmisión de la fe y moral de la Iglesia.
Catequistas y profesores de religión participan de un modo especial del ministerio que Jesús confía a sus Apóstoles. El gesto del envío nos conecta y une con el mismo Jesús. Los Apóstoles recibieron un día de Cristo Jesús la misión de proclamar con su autoridad el Evangelio: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc 16,15). Esta misión específica se continúa en la Iglesia en el ministerio apostólico de los Obispos. Catequistas y profesores de religión son enviados para cooperar en este ministerio apostólico en nombre de la Iglesia. Como en el caso de los Apóstoles, quien es enviado a la misión ha de ser, antes de nada, un discípulo incondicional del Señor Jesús, para dar testimonio de lo que ha visto, oído y vivido. Como a los Apóstoles en su momento, Jesús invita a catequistas y profesores de religión a estar con Él, a conocerlo y a amarlo para ser enviados. Este es fundamento y la fuente toda acción catequética y toda de la clase de religión. Celebrar juntos el Jubileo reavivará en todos nuestra fe en la presencia del Señor Resucitado en medio de nosotros y abrirá los corazones a la acción del Espíritu Santo para acometer con esperanza la tarea que Jesús a través de su Iglesia encomienda a catequistas y profesores de religión .