Un gobierno insostenible
Leyendo estos días la publicación del último BIM de Paiporta, te das cuenta de que queda suficientemente reflejada en él la esquizofrenia que sufre el actual equipo de gobierno del Ajuntamiento.
Por cierto, BIM que lleva camino de convertirse en el álbum de familia de la alcaldesa, 17 fotografías de la primera edila en 22 páginas de contenido. Replicando aquello que tanto criticaban al alcalde del PP cuando el PSPV estaba en la oposición.
En las pasadas elecciones municipales de 2019 el PSPV y Compromís consiguieron, con escaso margen de diferencia, la alcaldía de Paiporta, 11 concejales sumando PSPV y Compromís frente a 10 representantes de la oposición, formada por PP y Ciudadanos.
En un inicio, y para asegurar la alcaldía, los dos primeros acordaron repartírsela dos años cada partido, como si se tratara de un pastel o de un trofeo de guerra. Parece que lo importante no era cumplir un programa de gobierno, sino ostentar la alcaldía. Ahora entiendo lo de la cantidad de fotos de la alcaldesa en el BIM. La cuestión es, que desde hace año y medio la alcaldía la disfruta el PSPV con solo 5 concejalías entre un total de 21 que forman el pleno del consistorio. Es decir, con una representación popular en las urnas del 23,80% están dirigiendo la trazabilidad de Paiporta. Y digo bien, con un 23,80%, porque, deliberadamente, no sumo el porcentaje de representación que aporta Compromís, ya que la gobernación de este mandato se está mal llevando a cabo de forma paralela y de espaldas el uno al otro.
Solo hace falta leer el BIM para darse cuenta de lo que digo. Para unos la gestión de los otros no existe y viceversa. En la práctica, hay un ejercicio de gobernabilidad con dos equipos paralelos y enfrentados cada vez más, en lugar de gestionar una coalición de consenso, que sería lo deseable y democráticamente saludable. Un, ejemplo de evidencia: En el artículo de opinión, el portavoz del grupo, en un arranque de sinceridad, no sé si consciente, asegura que “Trabajo e ilusión ha sido la bandera del PSOE desde que Maribel fue nombrada alcaldesa”. Es decir, antes de ser nombrada, o sea, durante los dos años anteriores, ni trabajo ni ilusión. ¡Vaya tela! Esto crea tensiones que repercuten negativamente en el servicio a los y las vecinas.
La ruptura del bipartidismo en la mayoría de las instituciones públicas que surgió, por decisión popular, hace aproximadamente una década fue un salto adelante en la transformación democrática de este país y, por transmisión, en Paiporta también.
Es un paradigma novedoso, envidiable y democráticamente avanzado, ya que abre el abanico a la posibilidad y a la representatividad de otras fuerzas políticas en un ejercicio de pluralidad popular. El problema surge cuando los gestores de esta coyuntura son incapaces de llevar a cabo responsablemente su cometido, o sea, el mandato del pueblo soberano.
Un gobierno bicéfalo ni es responsable, ni eficiente, ni siquiera eficaz y pondré un solo ejemplo. Mientras las concejalía regida por Compromís en el gobierno se esfuerza en construir, eso sí, de manera atropellada y de cualquier manera, carriles bici, a costa de plazas de aparcamiento, en cumplimiento del
Plan de Movilidad Urbana, la otra parte, la de los socialistas, se esfuerza por hacernos creer o comulgar con ruedas de molino y que entendamos que la sostenibilidad medioambiental y la movilidad sostenible, o sea, la lucha contra el cambio climático, el efecto invernadero, la contaminación, etc. consiste en ampliar las plazas de aparcamiento de vehículos de combustión interna muy contaminantes. O sea, mientras el Consejo de Ministros, del que Unidas Podemos forma parte, aprueba un decreto para limitar el uso de vehículos altamente contaminantes en los asentamientos urbanos, el gobierno de Paiporta se esfuerza por fomentar su uso. ¡Lamentable!. Una plaza de aparcamiento en la calzada no favorece la movilidad, sino todo lo contrario; no es medioambientalmente sostenible, sino todo lo contrario.
Ya es tarde, a cinco meses vista de las elecciones municipales, la cosa no parece que vaya a mejorar, más bien todo lo contrario. La soberbia, los egos y la prepotencia son malos aliados para ejercer con responsabilidad aquello que las urnas les han mandado, gestionar eficientemente los recursos que los y las ciudadanas ponen en sus manos para mejorar su calidad de vida. Así de simple, así de complejo.
