Una gestión de elevado sobrecoste
Si le preguntan a cualquiera de las vecinas y vecinos que por motivos laborales, económicos o personales les ha tocado hacer agosto en casa, les dirán como consuelo que, “al menos se puede aparcar en Orihuela”. Es cierto, muchas personas marchan unas semanas de merecido descanso a zonas de playa, montaña o aprovechan para visitar familiares o el lugar donde nacieron. En cambio, otras nos hemos tomado este mes a golpe de abanico e intentando disfrutar de la tranquilidad de nuestro núcleo urbano donde podemos caminar por sus rincones, sus calles, sus paseos y comprar en sus comercios, ¿o no?
Pues bien, difícilmente puedan optar por este paseo tranquilo si caminan por la Avenida de Teodomiro, nuestros conocidos “Andenes”. Una de las arterias de nuestra ciudad que siempre ha podido presumir de ser un espacio de relación para las personas. Actualmente sigue estando en obras y con vallado y maquinaria de por medio porque se ha retrasado, cómo no, la fecha de su finalización. Aparejada a ello el sobrecoste correspondiente que vuelve a poner en el punto de mira gestión de ciudad de la que presumen tan a menudo Bascuñana y su socio López-Bas.
No es la primera vez que una remodelación, acaba costando más tiempo, más dinero y desemboca en una chapuza que perjudica a todas las personas y comercios. ¿Recuerdan lo que sucedió allá por el año 2008 con el palacio Rubalcaba? La rehabilitación de la cubierta triplicó el presupuesto que se tenía previsto pasando de 387.191 € a 1.115.000 €. Un ejemplo claro de lo que ha ocurrido con muchas otras reformas patrimoniales que han puesto de manifiesto la incapacidad o los intereses ocultos de los que nos han gobernado.
Todos lo sabemos, todos lo hemos criticado y los partidos de gobierno están al tanto. Parecería insensato o interesado que la historia se repitiera, ¿verdad? Pues siento decir que sí, se ha repetido con “el cambio de look” de Los Andenes, un espacio cuya remodelación urbanística no ha aportado nada nuevo, sino que ha generado muchas cuestiones en la ciudadanía que el equipo de gobierno no ha respondido. ¿Qué ha sido de los bordillos de granito que separaban calzada de paseo? , ¿por qué han rebajado la cota del paseo?, ahora los árboles han quedado descalzados y hay riesgo de que alguno caiga en episodios de viento, como ya ha pasado…
Son muchas las preguntas que vuelven a poner el foco en la opacidad del tándem PP-C’s. Son muchas las evidencias que magnifican su ineficacia y su mala gestión. Y es que no nos faltan motivos para pensar así. Hoy sin ir más lejos, han saltado las alarmas de que ocurrirá lo mismo con la restauración de la Plaza de Toros. Hace un año celebrábamos desde Compromís por Orihuela la noticia de que se fuesen a realizar actuaciones sobre el edificio y avisábamos de que ese coste no era real y se elevaría. Ayer, el arquitecto alertaba de que el presupuesto para dicha reforma podría quedarse corto.
Mientras Bascuñana se sigue dando golpes de pecho, los sobrecostes, la opacidad, la inoperancia y los graves errores de gestión siguen siendo señas de identidad de este equipo de gobierno. Los ejemplos del pasado y del presente son claros y están en la retina de todos nosotros pero, a pesar de las advertencias, ¿seguirán empecinados en volver a repetirlos en el futuro más próximo?