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Por Nuño Jiménez - Vicesec. Políticas Sectoriales PSOE Castellón
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ESPAÑA frente al reto de su futuro

    Existen dos frases lapidarias entorno a la crisis que han penetrado en todas las capas. La primera: Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Frase que el gobierno de Rajoy ha insertado en la sociedad con el objeto de hacernos a la totalidad de los españoles responsables del origen de esta crisis debiendo de asumir por tanto las consecuencias de la misma, maniqueísmo que de forma torticera culpabiliza y estigmatiza a toda la sociedad, no instalándola precisamente en la rampa de lanzamiento para la salida de la crisis, sino más bien para soportar las decisiones que desde el gobierno se adopten como más idóneas.

    La segunda de las frases, es la de que paguen quienes han provocado estas crisis, esta frase está más ligada a la calle, a un discurso de izquierdas y en el que trata de encajar su discurso el socialismo español. Esta afirmación, ya no implica a todos sino que orienta el mensaje a quienes han provocado esa crisis, pero al igual que la primera de las frases, alguien debe orientar las responsabilidades sobre quienes tienen un mayor peso en las consecuencias que pagamos todos en este caso deberían ser los gestores políticos y económicos de este desastre social llamada crisis. No puede existir esa tan anhelada confianza en un país dentro y fuera de sus fronteras, si no se hace pagar en esta crisis a quienes nos han metido en ella,

    Si aplicamos una similitud entre la situación actual en Cataluña, independentismo y dependencia económica, con lo que la banca española ha ido integrando en los últimos meses, quizá podamos comprender mejor que es lo que está ocurriendo en nuestro país.

    Por un lado nos encontramos que a Cataluña se le ha negado Constitucionalmente, poder adquirir más autogobierno, incluso recurriendo a la puerta de atrás de la Constitución, provocando un estallido de hartazgo de una parte de los catalanes hacia quien ha negado esos legítimos anhelos de forma sistemática. Por otro lado, la mala gestión y la corrupción, no sólo en Cataluña, sino en todo su entorno más próximo, no olvidemos, los casos Pallarols, Palau o ITV de CIU además de los urbanísticos, el Palma Arena y Noos con Matas en Baleares, o los Gurtel, Noos, Blasco, Brugal, entre otros, con el PP de Camps en Valencia, han laminado estos territorios en capacidad de recuperación económica por sí mismos, creando a la vez una dependencia incluso mayor que la de otros a los que sin tanto desarrollo industrial y de servicios, tienen unas cuentas mucho más saneadas. La Monarquía también se ha visto deteriorada en imagen y credibilidad por alguno de estos casos, dejando a la Institución a un paso del descrédito más absoluto, por sus continuos devaneos con el lado más oscuro de las finanzas, amistades peligrosas y escarceos. Lo que la obliga en estos momentos a dar el paso definitivo hacia la cesión de prebendas y privilegios en favor de una democracia más directa, legítima y transparente como reclama la ciudadanía de hoy.

    La banca, ha generado igualmente un agujero económico que ha penetrado de forma muy profunda en la base de las economías de unos territorios, que han perdido con ello parte de su identidad propia. La diferencia, sin embargo, radica en que estas entidades se han transmutado, estamos hablando de la CAM, BANCAJA, La CAIXA o Banco de Valencia, fagocitadas por entidades mayores a las que se les ha inyectado dinero público procedente de Europa para que salgan a flote y puedan ser de nuevo atractivas para sus compradores. Todo lo contrario sucede con los gobiernos de estas autonomías a las que la disciplina fiscal ha sumido en una asfixia que hace prácticamente imposible poder salir a flote ni con el tan ansiado FLA, así como de unas medidas que hacen muy difícil marcar una hoja de ruta propia, forzando una ruptura con la matriz que es lo que el actual gobierno catalán atenazado por sus propias decisiones y su acuerdo con ERC se ve forzado a adoptar.

    Todo esto no es casual y responde a unos intereses que no responden a los de la mayoría de la sociedad española, sino a las necesidades y reacciones de quienes se encuentran muy cómodos en esta situación. Los culpables de la crisis y sus gestores, quienes precisamente deberían pagar por ella, nos están llevando a un mayor descrédito y falta de confianza general en una salida social, equitativa y duradera de la crisis.

    España por lo que hemos explicado antes ya está rescatada, ni se han aguantado las imposiciones de Merkel, ni saldremos sin ayuda adicional de esta crisis, porque la ayuda ya ha llegado y la Troika ya nos ha impuesto sus condiciones, aunque existan otras adicionales a lo largo de 2013, que instalarán aún más a España en el pesimismo y en una crisis social agravada.

    Por todo ello, la tan comentada autonomía fiscal y financiera, debería empezar por un cuerpo de interventores y secretarios de las actuales autonomías y ayuntamientos coordinado por un Estado Federal que evite las corruptelas. Bajo un paraguas común que supere esta España con una Monarquía y Estado de las Autonomías más caduco y cuestionada que nunca. Bajo un prisma de solidaridad asimétrica que cree las condiciones para una República Federal Española que afronte los problemas que tiene planteados con serenidad, consenso y amplitud de miras superando las incertidumbres actuales que no le permiten siquiera afrontar los retos económicos, sociales y territoriales con unas mínimas garantías de futuro.

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