El Corredor se nos escapa
La construcción del Corredor Mediterráneo es una obra de largo aliento y amplio recorrido, pero que ya estaba proyectada, presupuestada y decidida por el anterior gobierno. Hoy tenemos la sensación de que el “corredor se nos escapa…”, vemos su figura empequeñecerse en el horizonte de la contradicción del gobierno de Rajoy/Pastor. Ambos se dejan presionar por el poderoso lobby empresarial madrileño y por los gobiernos de Madrid, Castilla-la Mancha y Aragón (también del PP) que quieren el eje central y, por este lado, nuestros empresarios que reclaman lo que ya estaba comprometido. En este juego, Bruselas –que pone buena parte de la inversión-, ya se definió en su momento, por razones técnicas, económicas, logísticas y estratégicas, por el corredor mediterráneo. Pero Pastor ha tomado el ilógico camino del medio: los dos son prioridades, algo que hasta lingüísticamente no es posible, pues prioridad es “anterioridad de algo respecto a otra cosa, en tiempo o en orden”.
El doble discurso del Gobierno Central cuenta con el silencio cómplice del gobierno valenciano, con un Fabra silbando bajito y con la cabeza gacha. La imagen y las acciones de ahora, contradicen los “bombos y platillos” que sacaron a relucir por el supuesto protagonismo, cuando se anunció la prioridad sin ambigüedades del Corredor Mediterráneo decidida por Europa a favor de España. Por eso nos resulta no sólo irritante, sino insultante que semejante tren de progreso corra por la peligrosa vía de la ambigüedad. Ha tenido que ser la propia Unión Europea la que señale la conveniente prioridad de nuestro corredor mediterráneo por las evidentes ventajas de esta infraestructura frente a cualquier otra.
Rajoy se ha convertido en una importante amenaza para la Comunidad Valenciana. Lo digo con todas las letras, para denunciar el victimismo militante del PP valenciano cuando otro partido gobierna en España. Fabra es un presidente de “peso pluma” en Madrid. Es más, diría que nocivo para la Comunidad por su permanente mutismo y su actitud simplemente ridícula, pues mientras lo entretenían en Fomento con explicaciones inexplicables, los diputados de su partido votaban en contra de una moción de CiU que pretendía aprobar que este eje mediterráneo fuera el primer objetivo de inversión estratégica.
Y si llegamos a Sagunto, el Alcalde no está. Más allá de su dolencia, -de la que deseamos se recupere pronto- en este tema no ha estado nunca. Solamente a rebufo de los hechos de otros, empujando con los codos y poniéndose de puntillas para salir en la foto. Sin percatarse que Sagunto tiene reservado un alto protagonismo como centro logístico por su ubicación estratégica. No quiero ni imaginar los exabruptos, resoplidos y respingos que habrían organizado si esta ambigüedad se hubiese dado en el gobierno de Zapatero. Hoy guardan silencio por la complicidad partidista, aunque una vez más, esa connivencia sea una rémora para nuestro crecimiento y desarrollo.
El apoyo sin fisuras y el respaldo presupuestario del Gobierno al Corredor Mediterráneo es esencial pues de los más de 51.300 millones necesarios para la línea entre Algeciras y la frontera francesa –que pasa por Sagunto como nexo de distribución-, deberá poner 18.700 a medio plazo y otros 17.500 a largo plazo con el horizonte puesto en el 2030. Cualquier desvío de fondos hacia el eje central hará imposible este corredor que generará bienes y servicios suplementarios de una gran importancia para nuestra ciudad, hoy por hoy estancada en su desarrollo estratégico. Se nos reclama con toda razón, tener criterio, objetivos claros, proyectos definidos y no estar sentados en la tribuna de la realidad viendo como en este caso, que el corredor mediterráneo se aleja, se nos escapa.