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Por Iban Alcalá - Presidente Comité Empresa EMT Valencia
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Carta a la alcaldesa del comité de empresa de la EMT de Valencia

    Como usted bien debe de saber, las trabajadoras y trabajadores de EMT Valencia llevamos tiempo padeciendo una situación muy complicada.
    En los últimos años hemos sufrido una reducción considerable de personal en todas las áreas de la empresa, que ronda ya los 300 trabajadores/as menos.

    Y esto es porque no se están cubriendo todas las bajas vegetativas. No se sustituyen nada más que las jubilaciones y sólo porque a esto, les obliga el convenio.

    Lo que ha llevado, inevitablemente, a varias consecuencias negativas, tanto para los trabajadores, como para los usuarios de EMT.
    No sólo se ha reducido, en consecuencia, el número de autobuses en muchas líneas, sino que se han fusionado otras, y algunas, directamente, se han eliminado.

    Sin olvidarnos que a otras, que nos comunicaban con poblaciones vecinas, se les ha recortado el recorrido.
    Perjudicando no solo a los vecinos de esas poblaciones, que se desplazaban a la capital por trabajo, ocio o compras.
    Sino también a los ciudadanos de Valencia que necesitaban desplazarse a ellas y que carecen de otra alternativa de transporte.

    El recorte en la oferta de servicio en la calle, ha llevado aparejado inexorablemente un aumento en el tiempo de espera, un número insuficiente de plazas en horas punta, y el abandono de nuestros clientes hacia otros medios de transporte, ante la pérdida de confianza en el servicio que les ofrecemos.

    Acelerando, con ello, la caída del pasaje, y la pérdida de ingresos.

    Por otra parte, la reducción de la plantilla también en el área de mantenimiento, está suponiendo que muchos buses salgan a trabajar por la mañana ya averiados, que no se subsanen deficiencias que afectan a la seguridad, y que incluso se tengan que volver a reparar por nuestro personal, averías que habían sido supuestamente reparadas por empresas externas. Con la duplicación de gasto que ello supone.

    Y los recortes en el mantenimiento de los vehículos llegan hasta la ignominia de cebarse con los ciudadanos que más nos necesitan, los pasajeros en silla de ruedas, que no tienen otra alternativa de transporte.

    Estos ven como día tras, día, como las rampas de acceso al bus, se atascan cuando son accionadas, bloqueando el vehículo.
    Dejándoles no sólo a ellos sin servicio, sino al resto del pasajeros que deben de transbordar a un bus que sí funcione.
    Lo cual es especialmente sangrante en líneas que dan servicio a centros hospitalarios, con gran afluencia de personas en silla de ruedas.
    Hemos aumentando hasta un nivel casi intolerable tanto los ritmos de trabajo como la velocidad comercial, con el consiguiente incremento de los siniestros de autobuses. Y de dolencias y patologías aparejadas al stress. Con el lógico incremento de costes que ello lleva aparejado.

    También sabrá usted, sin duda alguna, que estamos inmersos en pleno bloqueo del convenio. Porque llamarle negociación, a lo que están haciendo sus representantes en la empresa, sería una broma de mal gusto. Recordará usted, aunque estamos seguros que preferiría olvidarlo, que hace dos años se encaró con una trabajadora de EMT, preguntándole de malas maneras, que qué era lo que reclamábamos.
    Pues mire usted, reclamábamos porque nos impusieron un chantaje en el que o aceptábamos que nos robaran el 8’66 % de nuestro salario, o echaban a la calle y condenaban al hambre a más de 200 trabajadores, y con ellos, a sus familias.

    Los trabajadores nos decidimos entonces por el mal menor, sobre todo tras el navajazo del Gobierno Central de aplicarnos también el Real Decreto-Ley 20/2012, que rebajó el sueldo a los funcionarios y trabajadores públicos.
    Con una particularidad. Se ve que los trabajadores y trabajadoras de EMT sólo somos empleados públicos para lo malo.
    Ni tenemos garantizado el puesto de trabajo, pues no somos funcionarios, ni tampoco nos quieren devolver ahora la paga de Navidad como si van a recuperar el resto de afectados por el Real Decreto- Ley.

    Y lo que más nos molesta, Srª Alcaldesa, es que es Usted, y su Equipo de Gobierno, son los culpables de habernos llevado a esta situación.
    La deuda que arrastra EMT es por culpa de que ustedes, que en su día no realizaron las gestiones necesarias para exigir a la Generalitat, tanto con el Sr. Zaplana como con el Sr. Camps, que cumplieran su parte del Contrato Programa. Y pusieran el dinero, como sí lo presupuestaba año tras año el Gobierno Central.

    Ese contrato Programa que ahora, cerca de las elecciones, sí que están pidiendo a bombo y platillo, pero parece que con la boca pequeña.
    Y ahora debería ser más fácil; en Ayuntamiento, Generalitat, y Gobierno Central, mandan los mismos; ustedes.
    Pero créanos, señora alcaldesa, este Comité pensamos que ahora pintan ustedes en Madrid menos que nunca, y tenemos serias dudas de que se lo vayan a conceder. Es más, creemos que ni se fían de inyectar dinero público aquí.

    Haría bien, Sr. Alcaldesa, en ordenarle a su Concejal, y Presidente de EMT, Alberto Mendoza, que llegue a un acuerdo de convenio justo con nosotros.
    Porque Justicia, y no otra cosa, es lo que pedimos.
    Aceptamos sacrificarnos en las duras.
    Ahora sólo pedimos recuperarnos, en las maduras. Como el resto de empleados del Ayuntamiento.
    Y lo seguiremos reclamando hasta conseguirlo.
    A usted, o a quien le suceda en 2015.

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