Cambios electorales, ¿en beneficio de quién?
En septiembre empezará un nuevo curso político, especialmente relevante si cabe, por la cercanía de los próximos comicios municipales y autonómicos. Sólo nueve meses nos separan de dichas elecciones, pero a tan poco tiempo para que los ciudadanos puedan mostrar sus preferencias, el PP pretende cambiar las reglas del juego, generando un debate innecesario y que de momento, ha levantado la oposición del resto de partidos.
La idea que más se ha extendido es que la lista que obtenga el 40%, será de la que salga el alcalde del municipio. Este sistema de “bonificar” a la lista más votada, puede dar situaciones realmente paradójicas en las que el 40% de los votos valgan más que el 60% restante, y configurando corporaciones en las que el alcalde no tenga la mayoría de concejales para poder garantizar unos mínimos de gobernabilidad, en un claro atentando contra la voluntad popular a fin de mantener el poder en multitud de pueblos y ciudades en los que previsiblemente el PP perderá la mayoría absoluta. Un intento de callar a las minorías, de violentar la pluralidad democrática y de dificultar la búsqueda de consenso para la confluencia programática en la diversidad.
Desde el PSOE defendemos un cambio en el sistema electoral, pero dicho cambio debe basarse ante todo en un amplio consenso y sobre todo debe regirse por un principio fundamental: mejorar la democracia en la elección nuestros representantes en las instituciones. Por ello, en primer lugar, debemos plantearnos, qué queremos cambiar, si la forma en que elegimos a los alcaldes o la forma en la que elegimos a los concejales, o ambas. Además, cualquier reforma debe guardar una lógica y coherencia interna, es decir, la misma forma debe ser extrapolable a los niveles autonómico y nacional. Por ello, creemos que si realmente lo que pretenden es cambiar la forma de elegir alcaldes, hay opciones como la elección directa a doble vuelta que sin duda garantiza la conformación de mayorías electorales con representación de la sociedad, así como las listas abiertas, para la elección del resto de miembros de la corporación, que facilita la rendición de cuentas individual y una mayor cercanía de los candidatos a concejales. Y, ¿por qué no hacer extensible este sistema a presidentes de Gobierno central y autonómico y diputados?.
Entendemos que los tiempos han cambiado, que no se puede engañar a los ciudadanos, que la transparencia y la participación deben ser ejes principales del día a día, y que sobre todo los políticos tenemos el encargo de nuestros vecinos de administrar de la mejor manera posible sus aspiraciones, necesidades y expectativas.
No podemos cambiar las normas del juego a tan poco tiempo del inicio del partido con tintes claramente oportunistas y partidistas, sin contar con el resto de participantes y sobre todo debemos confiar en la ciudadanía que con su voto decidirá quienes y en qué proporción serán elegidos sus representantes.
Todos los cambios deben hacerse pensando en beneficio de los ciudadanos y las ciudadanas y no en los intereses de los partidos.