Un Ayuntamiento de ciencia-ficción

Me gusta la ciencia-ficción. Disfruto mucho con ella, me entretiene, me distrae, me renueva. La ciencia-ficción trata no sólo cuestiones científicas y técnicas, sino siempre además cuestiones éticas, sociológicas, económicas, políticas, incluso estéticas y metafísicas. La última que ví, ‘Elysium’, me deslumbró. Pero no tanto como un titular aparecido en la prensa escrita el último mes del año pasado sobre un avance informático del que es responsable en primer término el Ayuntamiento de la capital de la Ribera. Nada menos -rezaba dicho titular- que con el auxilio de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (las TIC‘s ) el Consistorio Alzireño ahorra alrededor de UN MILLÓN DE EUROS a la ciudadanía y a la propia administración local en la gestión de los intereses de los administrados con la institución territorial del Municipio. Me sorprende que la oposición, toda la oposición, se haya quedado muda ante una aseveración tan atrevida y osada como la que cito. Como digo, repito, me gusta la ciencia-ficción, pero en mis ratos de ocio; por el contrario, la realidad me gusta que se me presente de forma clara y nítida, no confusa y, mucho menos, disfrazada. Para que tuviese algo de veracidad la ‘enormidad’ que se nos ha ‘colado’, todos -y digo absolutamente todos- los ciudadanos deberíamos contar ya con las herramientas tecnológicas y con las aplicaciones informáticas necesarias con las que pudiésemos actuar siempre y en todo momento de manera ‘electrónica’ con la administración. Esto todavía está lejos de ser cierto. Es más, la ciudadanía económicamente más pobre tiene mayores dificultades para acceder a las TIC’s, con lo que de nuevo se ve envuelta en una sutil marginación social, en una nueva forma de exclusión social. La afirmación del técnico jefe de informática del Ayuntamiento de Alzira tendría visos de seriedad si se acompañase, juntamente con la aseveración, un programa de accesibilidad de tales tecnologías para las capas más desfavorecidas de la sociedad alzireña. Por ejemplo, si se cediese gratuitamente a todas las familias de Alzira que tienen a todos sus miembros desempleados (aquellas a las que la comida no les alcanza para todo el mes), radiquen en el barrio que radiquen, como mínimo, de un tablet y, además, se formase desde el Ayuntamiento a los posibles usuarios en el manejo de dichos instrumentos electrónicos de última generación. Los hechos, pues, desmienten las pretensiones; las cuales, pasan a ser, o no dejan de ser, una ‘bravuconada’, por no decir que suenan a ‘bufonada‘. Creo firmemente en el progreso que nos aportarán a todos las TIC’s: son el futuro. Ahora bien, hoy por hoy todavía me gusta diferenciar lo que vivo mientras estoy despierto de aquello que experimento mientras estoy dormido. Por cierto, la última película que recomiendo se llama ‘Gravity’, no por nada, sino sencillamente porque es la última.