Por una atlantología científica
Este pasado mes de julio, entre los días 25 y 28, he tenido el honor y el placer de coordinar el curso de verano titulado “La Atlántida: Bases para una Aproximación Científica a su Estudio”, que se ha impartido en la Sede de Santa María de la Rábida de la Universidad Internacional de Andalucía. Sobre la pertinencia del evento espero que no existan dudas, no solo porque todo lo relacionado con la Atlántida genera un gran interés en medios sociales y culturales de muy diversa índole y condición, sino porque a lo largo de estos últimos veinticinco siglos que nos separan de la historia que Platón nos transmite en sus diálogos Timeo y Critias se han ocupado del asunto un sinfín de personalidades del mundo de la cultura y de la ciencia.
De ese modo, el relato platónico sobre la Atlántida es objeto de interés desde una doble perspectiva. En primer lugar por su potencia heurística y su utilización al servicio de diversos intereses que han jugado un papel decisivo en el devenir de la historia humana. En efecto, el relato platónico ha sido fuente de inspiración y también recurso justificativo y legitimador de muy diversos movimientos e intereses hasta convertirse en un tema de interés general que ha calado en todos los sectores sociales del mundo que habitamos.
En segundo lugar, dado que toda historia tiene un sustrato real a partir del cual se forma, porque averiguar cuál es el fondo de verdad objetiva que encierra la historia de la Atlántida supone un apasionante reto científico. Y es preciso admitir que la Atlántida como objeto de estudio requiere y exige la contribución para su análisis de múltiples campos del saber, debido a la abundancia y variedad de hechos que pone encima de la mesa. Ello justifica el variado elenco de investigadores de distintas disciplinas que han conformado el grupo de ponentes que han tenido estas jornadas, que por orden de intervención en las mismas son: José Orihuela Guerrero (filosofía y antropología), Diego González Batanero (arqueología), Juan Antonio Morales González (geología), José Ruiz Mata (ensayista y escritor), Ana María Vázquez Hoys (historia antigua), Georgeos Díaz-Montexano (filología), Antonio Penadés Chust (historiador y periodista), Manuel Pimentel Siles (editor y escritor).
Pues bien, este curso de verano ha dedicado su primera edición a tratar de sentar las bases para un estudio científico del tema de la Atlántida, con objeto de rescatar el asunto de las muchas veces tan bienintencionadas como disparatadas hipótesis que tanto daño han hecho a la reputación del propio objeto de estudio y de los especialistas serios que del mismo se ocupan. Y el día 28 de julio, en la jornada de clausura del curso, se aprobaron unas conclusiones que considero son asumibles por cuantas personas lean estas líneas y que se basan en la idea de que el relato sobre la Atlántida que Platón transmite en los diálogos Timeo y Critias merece las siguientes consideraciones:
1. Que dada su enorme repercusión en la cultura de nuestra civilización durante los últimos veinticinco siglos, merece ser considerado y reconocido como un elemento de gran relevancia en tanto que Patrimonio Inmaterial.
2. Que el relato bien pudiera albergar en su seno la referencia a una realidad geohistórica y cultural objetiva, por lo que proponemos que se fomenten los estudios científicos con carácter interdisciplinar acerca del mismo.
3. Que adquiere una especial relevancia en nuestros días, dada la preocupación sobre la incidencia de las variaciones del entorno ecológico y climático en la sociedad actual.
Como se puede colegir de lo dicho hasta aquí, se trata de poner en valor las posibilidades de todo tipo que puede conllevar un análisis riguroso y científico de este relato, teniendo en cuenta su obvia relación con el Golfo de Cádiz, con el marco andaluz y mediterráneo en general, así como muy señaladamente con el escenario atlántico e iberoamericano con el que tanto ha tenido que ver lo afirmado por Platón en sus diálogos Timeo y Critias desde la unión del Viejo y el Nuevo Mundo a partir del siglo XV. En suma, se pretende articular en torno a la problemática de la Atlántida una visión holística que contemple todas sus posibilidades científicas, culturales, pedagógicas, políticas, éticas, ideológicas, económicas y sociales.
Desde aquí me gustaría hacer un llamamiento para que desde una actitud rigurosa pero a la vez preñada de apertura mental aunáramos esfuerzos, tanto los miembros del mundo académico como cuantas personas estén involucradas en la investigación sobre la historia transmitida por Platón fuera del mismo, con objeto de afrontar una tarea que corresponde resolver a este siglo XXI: el esclarecimiento del enigma de la Atlántida.
Reflexionemos en el hecho de que es la única historia revestida de leyenda y mito que ha llegado hasta nosotros plena de vigor sin contar con el de apoyo una religión organizada o cualquier otra institución humana que haya tratado de inculcarla sistemáticamente a las nuevas generaciones. Y a pesar de ello, como un faro solitario su luz ha atravesado los milenios y las centurias para seguir impulsándonos a ir más allá de lo ya sabido, espoleando con sus impresionantes afirmaciones (ya sea acerca de la antigüedad de la civilización, o de la existencia de una entidad civilizada en occidente que entabló relaciones con el oriente mediterráneo cuanto menos en plano de igualdad, e incluso con sus más que probables alusiones al continente que hoy llamamos América) investigaciones extraordinarias que cuestionan algunos de los más sacrosantos axiomas del paradigma actualmente establecido en las ciencias históricas y antropológicas.
No despreciemos, con la suficiencia ensorbecida de aquellos que creen saberlo todo, la historia de la Atlántida calificándola sin más como mito y/o leyenda. Seamos valientes y confrontemos desde el rigor científico y el análisis racional sus aseveraciones con los datos objetivos que tenemos a nuestro alcance. Y dado que Platón ubica tan claramente el epicentro de esa posible civilización atlante en el suroeste de esta península nuestra, tan universal a fuerza de ser atlántica y mediterránea a la vez, entiendo que a nosotros sus habitantes nos corresponde liderar el desafío de forjar una rama del saber cuyo nombre ya habréis adivinado. En efecto, es la hora de la Atlantología, del saber que aspira a desentrañar el enigma de la Atlántida. A esa magnífica tarea quedamos todos convocados. Pongámonos de una vez por todas a la altura que exige nuestro tiempo y descorramos el legendario velo que hasta ahora nos ha impedido contemplar el fondo de verdad atesorado en la historia más hermosa de nuestra cultura.
José Orihuela Guerrero, Director del Curso de Verano “La Atlántida: Bases para una Aproximación Científica a su Estudio”, es Doctor en Filosofía y Licenciado en Antropología Social y Cultural
