Pido un año nuevo sin hazañas políticas
Pero a poco que ha empezado el año resulta que ya estamos en las mismas. En Catalunya andan liados con un invento medieval llamado viguerías. Zapatero convoca a los más listos de la clase para que le digan qué hacer en Europa (¿no podía haberles hecho caso cuando le decían lo que debía hacer con España?). Y en el PP andan a trompicones a ver a quién consiguen apalancar en la CEOE, después de que el Gobierno se haya quitado de en medio a Diaz-Ferrán y proponga a un empresario con carnet.
Año Nuevo y no conseguimos librarnos de los políticos, que no de la política. Porque una cosa es la política, más necesaria ahora que nunca. O de los partidos, que siguen siendo la representación idónea para organizar nuestra sociedad frente al Estado. La cuestión es la clase política.
¿Qué hacen los de Esquerra y Montilla discutiendo de viguerías? En los tiempos del AVE, la TDT, internet, la firma digital, la deslocalización laboral y de la administración digital, aquí andamos creando nuevos entes administrativos por aquello de tener más poder y recuperar una división territorial del siglo XVIII que quedó injustamente abolida por el decreto de Nueva Planta del sin par Felipe V (sic). Si esas demarcaciones hubieran continuado, pues bueno, pero reinventarlas es solo una excusa para las hazañas bélicas. ¿Por qué no reinventamos el correo a caballo, que era una cosa muy tradicional?
O lo que está ocurriendo en Facebook. Cuando uno piensa que los políticos van a utilizar las tecnologías para conversar con los ciudadanos, los políticos echan mano de las redes para insultarse con más saña. En mi ciudad, Castellón, el del PSOE, Juan María Calles, el del Bloc, Enric Nomdedeu, o el del PP, Vicente Sales, se dicen de todo menos bonito en una red social. Lo que pasa en la ciudad les importa poco; solo son hazañas bélicas para quedar bien en el partido.
Estos no nos sacan de la crisis ni queriendo. Como encima solo quieren ir a la suya, pues acabaremos como los italianos: confiando en que nos salve un Obama o dividiendo el país en dos: políticos y ciudadanos. Apuesto por la segunda.
De nuevo, más desinformación y errores en un artículo del señor Montesinos. No son viguerías, sino vegueries, y tienen plena legalidad en el Estatut d'Autonomia catalán. Lo único que harán es sustituir la gestión de las diputaciones, organismos que generan rechazo en las nacionalidades históricas. Por otro lado, es difícil que los dirigentes políticos que usted cita discutan en esa red social (Facebook) porque no todos están agregados entre sí y difícilmente van a poder decirse de todo, como usted apunta, si no tienen acceso a los comentarios de los demás. Que 2010 le traiga una mejor información. Saludos.