¿Y nosotros qué?
En el polígono el que no está en la sumergida tiene un hijo en el paro, con la seguridad de que no encontrará trabajo en la vida. Dicen que hay que vender en Francia y Alemania, pero eso lo podrán hacer las empresas que puedan pagarse un viaje para encontrar clientes y representantes. Yo ya he perdido ventas porque no tengo ni para el avión a Munich, donde hay un fabricante que quiere mis tornillos. Pero si me pago los 2.000 para el viaje no puedo pagar el sobre al que me hace horas. ¿Qué me hablan a mí de eso de la internacionalización?
Por eso nos hemos abroncado unos a otros en el bar, pero porque unos querían ir a pegarle fuego a Hacienda y otros a la consejería de la autonomía. Porque unos por los otros, lo cierto es que nos tienen abandonados. Han asumido que no saben cómo meterle mano al tema y se van a dedicar a repartirse estopa unos contra los otros para que todos hagan el ridículo. Como decía uno con gran calentón: “¡Para ir a votar el día de las elecciones! Cuando llame el alcalde para las municipales le diré que se meta su papeleta donde le quepa”.
Y aunque luego todos cumpliremos como buenos ciudadanos, lo cierto es que es de pánico. ¿Cómo salimos de esta? Ahora andan unos y otros protestando porque dicen que lo de antes era mejor. Pensiones seguras, todo pagado, buen sueldo para los funcionarios y trabajo a repartir. ¡No te jode! Pero eso se ha acabado y ya no hay dinero ni para hacer el telediario. Lo malo es que aquí en el polígono andamos todos con los sueldos recortados y cobrando cómo podemos y otros andan manifestándose porque les quitan cuatro habichuelas. Pero hasta con estas nos han dejado tirados.
Zapatero se ha puesto a arreglarse su traje de los domingos y ha puesto a Rubalcaba, que es el más listo, a hacerle un traje de madera a Rajoy. ¿Por qué no pone a ese Rubalcaba a poner orden entre tantas administraciones? Uno ha contado esta mañana que pagamos hasta cinco administraciones: ayuntamiento, diputación, autonomía, Madrid y los de Bruselas. Con lo que pago ya me podía ir a Munich a vender los tornillos y seguro que podía contratar dos empleados durante una temporada. Pero están a lo suyo y a nosotros que nos den.