Hoy no se fía y mañana tampoco
Y esa deuda no se soluciona con más crédito. ¿Quién nos engañó ofreciendo créditos del ICO y del Instituto Valenciano de Finanzas si luego no hay ventas que generen ingresos para devolver la deuda? Con la deuda familiar con tanto activo hipotecado será imposible dinamizar el consumo y, por lo tanto, generar actividad suficiente para crear trabajo. Esta deuda si que es un problema y de difícil solución.
De entrada solo hay un camino: generar confianza. Ya pueden dedicarse a hacer leyes sostenibles, reunirse los presidentes autonómicos con Zapatero para quedar bien ante sus respectivas feligresías o manifestarse todos los liberados sindicales de España y parte de Alemania. Si no hay confianza el mucho o poco dinero que haya se queda en el calcetín.
Es obvio que hay que cambiar el modelo económico, con un nuevo modelo productivo. Pero eso llevará años, sobre todo en lo que afecta al cambio de los hábitos de trabajo y formación, tanto entre los trabajadores como entre las propias empresas, que no todo es culpa del currito. Lo importante es generar confianza.
Porque dinero hay, crédito también y hay millones de personas con trabajo que cobran un sueldo (funcionarios y asimilados incluidos), pero nadie quiere gastar un euro por lo que pueda ocurrir. Hoy no se fían y mañana tampoco. Nadie gasta y nadie invierte porque no saben por dónde va a salir el mercado.
No lo saben porque no quieren cambiar los modos que nos han llevado a esta situación. Más del setenta por ciento de las empresas líderes valencianas han caído del 2007 al 2008. Y en el 2009 están hundidas, obsesionadas por pagar las deudas adquiridas para sobrevivir. No tienen tiempo ni cabeza para dedicarse a buscar nuevos negocios o reinventarse los que tienen. No se fían ni de ellos mismos.