Frenar el paro creando empleo
El problema no es el paro, que lo es. El problema es que no se crea empleo suficiente para frenar la hemorragia e incluso para hacer fluir la sangre. Y no se crea empleo porque el tejido industrial tradicional está roto, la innovación para generar nueva economía es un valor inexistente en España y el gran recurso de la construcción y la inmigración de los últimos quince años ha desaparecido. ¿Quién va a crear empleo con tanta incertidumbre?
Lo máximo que se hace es inyectar dinero público para mantener el entorno empresarial de la industria del automóvil o proveer concursos para obra pública a cuenta gotas. Y eso no genera empleo; genera subsistencia. Por eso la Unión Europea, por boca del eurosocialista Joaquín Almunia, volvió a decir ayer que llegaremos al veinte por ciento de parados y que si salimos de esta lo haremos mucho más tarde que los demás. Sobre todo porque el tejido industrial capaz de generar empleo se rompió hace más de diez años; solo que el ladrillo ocultó la verdad.
En estos momentos las comunidades mediterráneas están volviendo al empleo de 1986 y al PIB de los noventa, que es cuando la empresa generaba empleo y riqueza por el valor de su producción. Todos los datos manejados por FUNCAS y hasta los más recientes estudios de prospectiva señalan que a principios de los noventa España empieza a caer lentamente, solo que la construcción va sustituyendo la industria tradicional y oculta la verdad en el suma total del PIB. Incluso en las cotizaciones a la Seguridad Social.
Desaparecida la construcción como motor hay que volver a la actividad industrial tradicional, pero resulta que esta ya no tiene hueco en el mercado actual y como hemos estado en la cosa del metro cuadrado tantos años ni siquiera hemos aprendido los nuevos modos tecnológicos que en otros lugares mejoran productividad y competitividad. Ni tenemos lo de nuestros abuelos ni sabemos hacer lo de nuestros hijos. ¿Cómo se puede así generar empleo?
Por ahora la cuestión es hacer plazas y calles, incluso plazas y calles con diseño sostenible; pero eso da de comer dos telediarios. Por eso, como dice el gurú Peter Drucker, donde hay una empresa de éxito, alguien tomó una decisión valiente. Ahora hacen falta valientes que creen empleo olvidando que antaño atábamos los perros con longanizas. ¿Quién se atreve antes de que llegue Hacienda y lo convierta en funcionario?
Une vez mas, no puedo estar mas de acuerdo con tu acertadisimo diagnostico.... La verdad suele dolerles a quienes se benefician de la mentira y d la corrupcion. Sigue tu camino, pues somos muchos mas los que te leemos con placer, que quienes te quieren acallar