La foto de las putas en El País
Hace miles de años unos vecinos de bien me montaron una bronca porque publiqué en un diario que dirigía en Valencia la foto de esos ciudadanos haciéndose unas pajas mientras ojeaban entre maderas una playa sólo para mujeres en la Malvarrosa. Los mirones pajilleros existían desde que pusieron una playa para hombres separada por una burda valla de madera de una playa de mujeres, con trajes de baño muy recatados. Pero la foto dejó en evidencia lo que pasaba todos los días. Si la mujer de la Boquería la mamaba era porque alguien pagaba por ello. Ya puede aparecer la policía y los periodistas todas las veces que quieras.
La foto de El País pasa cada día en cada calle de nuestras ciudades. Y saldrían en Interviu si reflejaran lo que ocurre en algunos nobles pisos. Sólo que en la Boquería te la maman por diez euros y en esos apartamentos o coches te cobran cien y el Moet.
Pero toda la semana llevo escuchando a abolicionistas de gran prestigio denunciando la esclavitud de la mujer como objetivo sexual. O a pajilleros de reconocido prestigio defender la libertad sexual de hacer cada uno lo que quiera con su cuerpo. Al fin y al cabo posiciones puramente religiosas. La izquierda como es más reaccionaria niega el placer porque así cree que le hace el juego a la derecha sin clítoris. Y los pajilleros no se atreven a confesar que basta con conectar la web más miserable de internet para que te ofrezcan fotos y servicios con el fondo de la plaza mayor de tu pueblo. ¡La hipocresía no es sólo cosa de la política!
A lo mejor es que hay que dejar de ver la vida a través de las páginas de El País y obserla en directo. Asómese usted a la ventana de su casa y verá como en un coche cercano alguien tira un pañuelo por la ventana. ¿Será por higiene frente a la Gripe A?
Gracias por reconocer las coincidencias. Todo un hallazgo en un mundo donde los del Rioja no quieren reconocer el valor del Ribero del Duero. En cualquier caos no estoy contra esos 420 €. O los que haga falta para gente que verdadermente los necesite. La cuestión es que la beneficiencia ya demostró hace siglos que no traía más que más beneficiencia. La valía de un político es conseguir que esos 420 € se conviertan en una inversión para que los siguientes los gane el ciudadano con su trabajo, sin tener porque estar pendiente de los Servicios Sociales de Vila-rreal. Esa es la gran decepción.