Estamos magníficos
Hay hasta quince planes estratégicos globales y sectoriales en la Comunidad Valenciana, formalizados por instituciones, patronales y universidades, que apuestan por nuevos modelos para salir de esta crisis y encontrar de nuevo un camino que nos devuelva a los crecimientos anteriores. Algunos de estos informes respetan sectores que mantienen el pulso a la crisis, pero todos dan por cerrada la etapa del modelo turístico, la construcción y afines como motor o la industria manufacturera sin valor añadido. Y sin embargo el presidente Camps dice que no debemos cambiar el modelo económico, que el éxito está detrás de la puerta. Los datos, lamentablemente, dicen lo contrario.
Es cuestión de valoraciones, porque a Francesc Camps ya le escuché esta opinión cuando hace años asomaron los primeros síntomas de agotamiento de un modelo que no resultaba competitivo en el mercado actual. Valoración y fe. Pero la realidad es que al conformarse en lo que hay perdemos agresividad para mejorar nuestras condiciones productivas. Tal vez por eso veintidós empresarios VIP de Valencia se van a montar la Fundación Conexus a Madrid (no llegarán muy lejos con 140.000 € de presupuesto, frente a los millones que mueves sus homólogos catalanes o vascos) y el Institut Ignaci Villalonga, con sede en Barcelona) prepara un Libro Blanco sobre las Infraestructuras del Arco Mediterráneo, con la participación de universidades valencianas, pero en el que la Generalitat Valenciana ni está ni se le espera.
Obviamente los de Coexus pueden hacer lo que quieran y el Institut I. Villalonga mantener sus apuestas sobre nuestras infraestructuras, pero estas cuestiones perderían valor estratégico si desde la Generalitat se canalizaran proyectos parecidos o alternativos, a la búsqueda de un modelo más efectivo para salir de la crisis. Pero si estamos bien, si estamos magníficos, para qué movernos.
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