El BLOG de una PYME: local y zapatos son una zapatería
Por la tarde mi hijo, el economista, me mandó por el e-mail cinco documentos sobre Prospectiva hechos por el ministerio de Industria, la consejería de turno, la asociación patronal y un par de bancos. Todos coincidían en que hace falta estrategia empresarial, planificación y financiación, amén de resaltar que quienes salen de la universidad no tienen idea de nada y están condenados al paro, como reflejan las estadísticas del desempleo.
Todo son análisis y más análisis sobre los motivos de la crisis, la incapacidad española para competir en los mercados y las oportunidades que ofrece la innovación para salir de la crisis. Y sin embargo, pese a lo claro que está todo, la empresa española está afectada de parálisis. Mientras todos miran a la Opel, a Roca, a Ford o a Ricardo Costa, la mayor parte de las pymes, que representan más del ochenta por ciento del tejido empresarial español y los únicos que pueden generar empleo, están paralizadas porque ni sabemos qué hacer, ni nos dan ideas, ni nos enseñan a innovar, ni nos dan dinero para ello.
Cada día hay un curso en una cámara de comercio, en una escuela de negocios o en una pizzería. Y todos dicen lo mismo. Hay que innovar. Pero cuando acaba el curso vuelves al polígono y te preguntas qué hacer con las máquinas sin pagar, los proveedores que no te fían y los clientes que no venden. ¿Cómo innovar con esta mochila a cuestas? ¿Para qué me sirven las tecnologías si Telefónica me cobra medio jornal por conectar un ADSL? ¡Monta una Web! Dicen los predicadores de la innovación. Y digo yo: ¿Para qué si luego solo la ven los amigos de mi hijo que no tienen capacidad adquisitiva? Las amigas de mi mujer que debían ser mis clientes no entran en internet.
Tanto análisis, tanto innovación, tanto consultor, han olvidado que las Pymes queremos soluciones concretas a nuestros problemas concretos. Un cuadro de mando integral es una ilusión, pero cuando solo tienes dos trabajadores te sobran las derivadas del power point. Así que a la desconfianza, a la caída del consumo, al paro, a la clase política, hay que sumar la artritis de los negocios porque tanto análisis solo nos provoca parálisis. ¿Saben lo que ha hecho un vecino con un local comercial que no consigue alquilar? Asociarse a porcentaje con uno que quiere montar una zapatería. Uno pone los zapatos y el otro el local. Nadie le había dicho eso en las clases de innovación.