Arenys y Benidorm también son Estado
Los mejores ejemplos son que en un ayuntamiento (Arenys del Mar) unos políticos monten un referéndum para proclamar la independencia de Catalunya. O que en Benidorm doce concejales a una se marchen de un partido (en este caso el PSOE) para quitarle la alcaldía a otro (en este caso el PP) y construir una ciudad sanitaria en beneficio de una multinacional y dos promotores. Los ayuntamientos son parte del Estado, pero los políticos han concluido que, como el estado, son su finca particular.
Lo de menos es que el referéndum en cuestión sea por la independencia de Catalunya. Con su pan se lo coman. Lo de más es que mañana los mil del botellón de Pozuelo pueden hacer lo propio y aspirar a imponer el cubalitro. O los de mi pueblo hacer su propio referéndum para cortar el rio Turia a los del pueblo de abajo. ¿Pasa algo? ¿Por qué no elevar a categoría de referéndum lo que hablan en los bares? Con que voten el veinticinco de los presentes ya salimos en el telediario. Es un ejemplo de cómo gestionan nuestros políticos el Estado de todos.
Y en Benidorm tres cuartos de lo mismo. Más allá del esperpento y la doblez que hay en la fuga de la madre de Leire Pajín y sus colegas, lo importante es que un ayuntamiento pueda instrumentalizarse de esa manera. Y es que aquí para dedicarse a gestionar el estado solo hay que apuntarse a un partido, hacer la pelota y luego te hacen concejal. Ya eres el amo del Estado y tienes derecho al mamoneo. Montas un referéndum, una moción de censura o subes los impuestos. Como dice Woody Allen: “ Hice un curso de lectura rápida y leí Guerra y Paz en veinte minutos. Va de Rusia.” ¿Cómo le hago entender a mi amigo que el Estado somos todos y no solo los políticos? Por eso el ha decidido que no paga un euro a este Estado.