Un Plan Estratégico para el Mundo Rural
La mitad de los municipios españoles se encuentran ya en riesgo de extinción. En estos momentos, subsisten con menos de mil habitantes 4.995 de los 8.125 municipios que tiene España en total. La inmensa mayoría de esas casi cinco mil localidades sufren el continuo envejecimiento de su censo demográfico y un mínimo o nulo relevo generacional, con escasas o nulas cifras de natalidad. Este es uno de los datos que aporta el informe “Población y despoblación en España 2016”.
Entre 2015 y 2016, España ha perdido 67.374 habitantes, pero esa sangría poblacional se ha concentrado mayoritariamente en las áreas rurales, ya que la suma de población de las capitales de provincia españolas ha ganado unos 14.000 habitantes durante el último año.
Los Medios de Comunicación están haciéndose eco de un problema que ya venía de lejos. La Laponia española o la Serranía Celtibérica son algunas de las denominaciones que acotan geográficamente este problema, en una comparación demográfica que refleja de forma angustiosa esa constante despoblación del interior. Un problema que nos afecta directamente en esta tierra. Comarcas como La Serranía y el Rincón de Ademúz, el Valle de Ayora-Cofrentes, o la comarca de Els Ports en Castellón, con densidades de población en ese entorno fatídico que la Academia ha cifrado en 7’34 habitantes por kilómetro cuadrado. Y aquí ya estamos por debajo.
De ahí la importancia de esta Enmienda presentada en el XIV Congreso del partido Popular de la Comunitat Valenciana y que fue aceptada de forma unánime por los compromisarios para su inclusión como punto específico y diferenciado en la Ponencia Social. Esto nos permite poner negro sobre blanco en nuestros Textos Políticos, nuestro compromiso con el mundo rural. Una estrategia que debemos liderar desde el Partido Popular, no invirtiendo más, sino mejor, de acuerdo a un escenario específico en esos territorios que requiere otra forma de implementar los servicios públicos. Porque estamos hablando de personas. Mayores, jóvenes, niños, que exigen igualdad de oportunidades.
La Comunitat Valenciana no puede estar definida en pleno siglo XXI por barreras que discriminan y aumentan las desigualdades, generando ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. Debemos liderar una Comunitat Valenciana fundamentada en los valores, como el que representa esta Enmienda. Una Enmienda que surge de años de conversaciones, de charlas con la gente del interior. Esa que te mira a los ojos y con la franqueza que les caracteriza, te ofrece lo mejor de un carácter sencillo, humilde y sincero. Una Enmienda que apela al valor de la igualdad, al derecho de poder disfrutar de las mismas oportunidades independientemente de que vivas en Arroyo Cerezo, en Alpuente, en Palanques o en cualquier municipio de las áreas metropolitanas.
Una iniciativa que pone en valor la importancia de acometer ya un problema que se cierne de manera inexorable sobre un territorio que abonado al silencio de la nada, Más allá de meras declaraciones, es la hora de la acción. Hay que comprometerse con nuestro interior antes de que sea pasto del vacío, y reconocer la importancia de garantizar la sostenibilidad social, económica y ambiental de ese maravilloso interior de nuestra tierra.
