El “Me sinfot” y la decada de los cuarenta
En cierta ocasión, cuando era pequeño, me enseñaron a compartir y me dijeron algo que quedó grabado en mi mente.
Una persona de las muchas que había en la época que “sabíen” mas que otros, me dijo: Paquito: Si tú tienes una idea y yo tengo otra y las compartimos, tú tendrás dos ideas y yo otras dos.
Yo puse en práctica aquello que me enseñó el “Sinyo Batistet” pero al hacerme más mayor me di cuenta que existía una serie de gente con la que era muy difícil compartir, pues querían conocer lo tuyo pero no trasmitirte lo suyo y fue entonces cuando empecé a comprender aquel refrán Valenciano que dice “L’ABUNDANCIA MATA LA FAM” (Pero ni fart t’ho regala) o aquel otro que dice “CADA U DEFEN LO SEU , I JO LO MEU”.
Después de todo esto y, desde que escribí mi primera columna, en la que refería mi encuentro con aquel hombre mayor de Morella, he estado reflexionando sobre la pregunta que me hacía al final de aquel artículo y, aplicando mis reflexiones a los políticos, he llegado a la conclusión que no me pararía ante ellos a “charlar” de la misma forma que lo hice en Morella, por cuanto me enseñarían más de lo que deseo conocer, Primero: Porque no se ruborizan por nada. Segundo: Porque no usan “remedios naturales” por cuanto están “curados de espanto” y Tercero: Porque nunca te dan a conocer las propiedades de su gestión, por cuanto raras veces tienen propiedades que sirvan a los demás”.
Pero ¿deben existir los políticos? Para mí sí. Los políticos son necesarios, pero no aquellos que se aprovechan de la política. Considero que, a nivel local, necesitamos que se haga una política de gestión que sea totalmente transparente y no unos políticos que “sana e impunemente” “nos gestionen” y se aprovechen de nuestro “me sinfot”.
¿Qué os parece si nos metemos ahora con los padres; los adolescentes y algunos medios informáticos? ¡Duro eh!
En esta era del “Chat”, del “Zaping”, del “e-mail”, del “SMS” y de las declaraciones por videoconferencia, en la que podemos encontrar de todo sin salir de casa, te encuentras con muchos jóvenes extraordinarios que saben, como pocos, como deben utilizar estos medios informáticos y de ellos se benefician incluso para alcanzar mayores conocimientos y resultados académicos.
No obstante, solemos quejarnos, en ocasiones, de aquellos que no suelen hacer un buen uso de estos medios informáticos, y, sin darnos cuenta, tratamos de culpar al medio, cuando somos nosotros los que lo hemos proporcionado sin preocuparnos después de conducirles en su utilización.
Está claro que de todo esto no tienen la culpa los políticos ¡Faltaría más! La culpa, dicen, la tenemos los padres porque no queremos darnos cuenta de cómo utilizan nuestros hijos estos medios informáticos.
¿Será porque con ello tratamos de evitar que nos molesten los hijos en nuestras horas de “relax”? ¿O quizá por ese “me sinfot” que refería anteriormente?
Lo cierto es que, a estos pocos adolescentes, les estamos haciendo daño nosotros mismos, los que tanto les queremos, y pienso que podríamos evitarlo preparando una buena estrategia de utilización.
¿Te imaginas lo que puede ocurrir si no lo hacemos?
A los nacidos allá por los años cuarenta nos enseñaron a “obedecer” un poco a “lo bestia” y ahora justificamos estos pocos casos, indicando que “soltamos la mano” para no caer en el error en el que cayeron nuestros padres y efectivamente, parece que esto lo justifica todo.
Cuando hago reflexiones sobre todo esto me pregunto ¿Tenemos la culpa los padres? ¿Estaré influenciado por la época en que nací y me cuesta “soltar la mano”?
¡No lo sé! Procuraré reflexionar y os lo contaré en la próxima ocasión.