¡Menuda limpieza!

A mi edad, y después de haber pasado por todo lo que significó la formación en aquellos años en los que, ni los más “rebeldes” podían manifestarse públicamente, tenía la sensación que, desde que llegó la democracia, había terminado aquello del “Ordeno, mando y hago saber”. Pero nada más lejos de la realidad, ya que hace apenas diez días, recibimos, en la Empresa en la que trabajo, un comunicado del Magnífico Ayuntamiento de nuestra Ciudad, por el que se nos daba traslado de la reclamación formulada por una señora que sufrió lesiones por caída en una rampa de la acera que se encuentra frente a la puerta de entrada de nuestras oficinas. La caída se produjo por “un resbalón” inoportuno de la señora, al encontrase, según dicen, mojada la rampa en cuestión.

Además de  darnos a conocer el número de expediente que, por reclamación patrimonial, tenía abierto el Ayuntamiento, se nos daba traslado igualmente del informe emitido por el Sr. Ingeniero de Caminos Municipal, quien después de pronunciarse sobre el aspecto técnico de las baldosas, así como de la pendiente de la rampa motivo del desgraciado “resbalón”, nos advertía indicando: (Copia literal, a excepción de los entrecomillados y subrayados)

………    “Sin perjuicio de lo anterior, y habiendo comprobado que la rampa “se moja” por causa de “la limpieza” que efectúa el personal de la Empresa “TAL”, que ocupa el inmueble colindante con el tramo de acera en cuestión, se propone remitir las presentes actuaciones a la citada Empresa “advirtiéndole” que “se abstenga” de mojar la rampa de paso de peatones, a fin de mantener su funcionalidad y “antideslizamiento” en las condiciones habituales.

Como tenía mis dudas que aquella advertencia que se nos hacia, no estuviese exenta de algún tipo de cachondeo, aproveché un encuentro casual con el Sr. Ingeniero de Caminos Municipal, dándole a conocer mi opinión sobre el comunicado, así como poniéndole en antecedentes del contenido del escrito que habíamos presentado ante el Ayuntamiento como consecuencia de su advertencia.

¡Mi gozo en un pozo! ¡Tan bien que limpio yo las aceras y ahora se me prohíbe “mojarlas”!

La “abstención” que se nos advertía, me llevó a recordar tiempos pasados, y me vino a la mente aquel cartel que, con letras rojas y negras, (sería para homenajear a alguien) obligaron a “colgar” en la peluquería de mi padre y cuyo contenido decía así:

“Por orden de la Autoridad Sanitaria Nacional, se prohíbe en este establecimiento…etc. etc. etc.” y a partir de ahí, a pesar de los tiempos que “corrían”, ni se prohibía la limpieza, ni mucho menos mojar las aceras, y podíamos encontrar todas las mañanas, cuando los más pequeños íbamos hacia el Colegio, aquellas mujeres barriendo las calles y fregando las aceras, para después, una vez terminada la limpieza, comiéndose un pedazo de pan untado en la mayoría de ocasiones con aceite y sal, (el tan añorado bocadillo de pa en sal i oli) corrían hacia los almacenes de naranjas para no llegar tarde. ¡Que pocas resbalaron!  Aquellas mujeres si que hacían de Burriana, una ciudad saludable y Bonica.  Desde mi columna, quiero brindar un homenaje a todas ellas.

Lo chocante de la advertencia del Ayuntamiento es que los hechos ocurrieron  un día que hubo chubascos y vientos que, en algunos Pueblos de nuestra Provincia, alcanzaron los 80 km/h., sin que me conste por ello, que el Ayuntamiento se haya dirigido  a Santa Bárbara para que interceda igualmente ante el Dios FREY, para que trate de evitar que la lluvia moje la dichosa rampa.

Yo, por mi parte, he advertido a las mujeres de la limpieza, para que “no se les ocurra” limpiar ni mojar la acera, pues para eso está esa máquina que con sus cepillos salpica todo lo que encuentra por el camino y que ¡Hay que ver como limpia!, no sea cosa que nos “pillen” limpiándola y nos carguen la reclamación formulada por la caída de la Sra. Elisa. No se lo tomen a cachondeo, no, pues esto ya se parece a aquella reclamación que recibí de un abogado al que considero y aprecio por muchas razones, y que, plasmada en un escrito de reclamación, rezaba así:

“Reclamamos las consecuencias económicas derivadas de las lesiones sufridas por “D. FULANITO DE TAL”, como consecuencia de haberse golpeado contra una señal de tráfico sin señalizar”

Y es que, se cae la tía Maria, ¡A reclamar al Ayuntamiento! ¿Y que hace el Ayuntamiento? Pues lo que haría yo ¡Reclamar por mojaduras! Y si no, por ¡Ah, Premios!

¡Ah! Y “les advierto”. No circulen Vds. por las aceras cuando llueva porque pueden caerse en la “trampa”. ¿O será en la “rampa”? No sé. No sé. Lo cierto es que sea como sea, así nos va en nuestro Pueblo,

¡Menuda Limpieza!