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Por Paco Ventura
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Los exhortos y el Sr. Montoliu

    Hoy, a última hora de la tarde, cuando he terminado mi jornada laboral, he regresado a casa, y después de dar cumplida cuenta a un “bocadillito” de pan blanco lleno de lomo “embuchao” untado con un “poco” de aceite de oliva “¡Collons! Pues no está caentme la bava i em s’ha “corregut” la tinta” (¡Bueno! Sigamos), he puesto en marcha el ordenador haciendo “parada y fonda” en un artículo que publica mi apreciado Guillem Ríos en este mismo periódico, y que hace referencia a los exhortos Civiles tramitados por el Juzgado de Paz de nuestra Ciudad, hasta el día 23 de este mes de Octubre.

    Cuando estaba leyendo la acertada definición que Guillem hace del exhorto, he recordado la promesa que hice a Berta Balaguer, que no era otra que contar, mediante artículos en mi columna, algunas anécdotas y vivencias de mi paso por el Juzgado de Burriana, cuando el mismo se ubicaba en el viejo edificio de la Merced. Era en aquellos tiempos Juzgado Municipal y posteriormente, después del traslado a la planta baja del nuevo Ayuntamiento (el ya desaparecido), lo fue de Distrito, hasta que vino la nueva Ley de Plantas y nos dejó en “la Paz”.

    Pues bien. Aquella sala medio en ruinas del viejo edificio de la Merced, que albergó durante tanto tiempo el Juzgado Municipal, me trae infinidad de recuerdos y, especialmente, de todo lo que significó para mí el haber crecido profesionalmente junto al Sr. Montoliu,  “el sinyo Paco o Francisquet” para las gentes de nuestra Ciudad.

    En aquellos tiempos, los exhortos se recibían de los Juzgados con el mismo “rango” que el nuestro, ya que los Juzgados superiores, se dirigían a nosotros por medio de cartas-ordenes.

    Al inicio me chocaba el vocabulario judicial compuesto por Sentencias que contenían Considerandos, Resultandos y Fallos. Estaban igualmente las Providencias y las Diligencias, el Otrosí digo, la Fecha Ut-Supra, el Auto, El Actor, el Demandante y el Demandado, el Juicio de Faltas, el de Cognición y un largo etc. aunque a mí lo que más me chocaba eran los Juicios de Faltas por “PASTOREO ABUSIVO”, que no era más que un juicio para juzgar y castigar al pastor que había tenido la imprudencia de dejar que “su ganado” se introdujera en un huerto de naranjos y se comieran algunas ramas de los mismos, con el consiguiente perjuicio que representaba “la merma de producción” para su dueño.

    Aquellas diligencias de Juicio de Faltas se iniciaban por denuncia de la Policía Rural, y una vez completadas con las declaraciones de las partes y la valoración de los daños, se señalaba fecha y hora para la celebración del correspondiente juicio al que acudía, para ser “juzgado”, el “imprudente” pastor. Que yo sepa nunca citaron a las ovejas, pero hubiese sido chocante, pues al fin y al cabo eran ellas las que se daban el “festín”. El Pastor tenía que defenderse de la acusación del “Rual” de turno, además de “aguantar” el chaparrón de preguntas y de consejos que le hacía el Sinyo Francisquet.

    ¡Batiste! Es veritat el que diu el “Rual”.

    Has deixat que les ovelles es menjaren dos mitjos tarongers?

    ¡Cert, Montoliuet! Però ha segut un descuït involuntari.

    ¡Res, Batiste! Dèu pesetes de sanció i 100 d’imnització al amo de l’hort.

    Arrimat açi i firma. Ja t’avisaré per a pagar. ¡Au! T’en pots anar.

    Así pasábamos la mañana los días que se habían habilitado para los juicios por “PASTOREO ABUSIVO”.

    Aquel hombre que había hecho de Juez, de Oficial y de Secretario, daba consejos a todos los pastores sancionados y les exhortaba para que no volvieran por allí para ser “juzgados” por hechos similares, pero chocaba con algunos que, un día sí y otro también, hacían la vista gorda y dejaban que su “rebaño” se comiera algunas ramas del huerto de algún vecino que no les caía demasiado bien.

    Como el Sr. Montoliu conocía prácticamente a todos los vecinos de la Ciudad, era muy difícil que le pudiesen engañar y esto se demostraba cuando, los días en que mayoritariamente se ocupaba de atender el Registro Civil, le pedían un certificado de nacimiento y al facilitarle la fecha de nacimiento del solicitante, casi siempre discrepaba por cuanto, según él, se le estaba dando una fecha que no era cierta. Yo agachaba la cabeza, y sentado en mi mesa de trabajo, hacia la vista gorda cuando el Sinyo Francisquet se pronunciaba diciendo. ¡Si, dona, sí! L’any 21 tu ja jugabes al sambori! Tu vares naixer al carrer “Tal”, en l’any 1.917. ¡Y resultaba que tenía razón! A mi me daba la impresión que se había aprendido de memoria todas las actas de los tomos de las tres Secciones del Registro Civil, esa joya que por suerte, y por los ruegos y consejos del Sr. Montoliu se salvó de “la quema”, y de la que podemos sentirnos orgullosos, gracias también a las restauraciones llevadas a cabo por el igualmente desaparecido  D. Vicente Devís, mientras ejerció las funciones de Juez de Paz.

    Recuerdo igualmente aquella pequeña máquina de escribir que el Sr. Montoliu recuperó de debajo de los escombros del “campanar”, con la que todavía copié alguna que otra sentencia dictada por D. Ramón Campos Escobar. Con aquella pequeña “UNDERWOOD” que tenía el teclado de madera, me ejercité en la escritura a máquina.

    El Sr. Montoliu falleció a los 97 años de edad. Todavía veo su imagen saliendo de la Sociedad Filarmónica.

    Unos meses antes de su fallecimiento, cuando él salía de la Filarmónica, nos encontramos en la acera, y al pararnos como de costumbre, le pregunté que cómo se encontraba, a lo que respondió: ¡Mal, Paquito. Mal! Mal perque no em fa mal res, i als de la meua edat els te que fer mal tot”.  Luego, cogiéndome por las solapas de la chaqueta me dijo: Saps que per l’edat que tens, et conserves molt be! Los dos nos pusimos a reir y cada uno siguió su camino.

    Al poco tiempo me anunciaron su fallecimiento y quedé con el resquemor de no haber podido conseguir que nuestras autoridades le hicieran el homenaje que a no dudar se merecía por lo mucho que representaba para nuestra Ciudad y sus gentes.

    Hoy desde aquí, y cumpliendo la promesa que hice a su sobrina Berta, vaya “per al Sinyo Montoliuet”, (El sinyo Paco el del Jutjat) mi más sentido agradecimiento.

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    comentarios 6 comentarios
    Uno que te aprecia
    Uno que te aprecia
    14/11/2008 03:11
    Paco sempre estas ahi.

    Paco quiero felicitarte por tus articulos y decirte que no cambies nunca,siempre que te necesito te encuentro,personas como tú cada vez por desgracia hay menos, ahora es el momento de que esta nuestra ciudad te haga un homenaje.Saludos a Pepi.

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