Con Trump no hay pisito
Es un problema generalizado a nivel mundial, es cierto. El problema de la vivienda se está dando por todos los rincones del mundo. Porque los precios han aumentado un 54% en Estados Unidos, un 32% en China y un 15% en la UE entre 2015 y 2024. Pero el problema no es el precio. El problema es que no hay viviendas disponibles y las que hay no se venden porque los propietarios no quieren venderlas. Tal vez como inversión “que vayan subiendo de precio”-pensarán-. O bien por miedo a que “se las ocupen”, sin pensar que la forma más fácil de que se las ocupen es tenerlas vacías. Cumpliéndose así la segunda ley física universal: “Todo espacio vacío tiende a ser ocupado” (aunque usted le ponga una alarma, diría yo).
La falta de inversión pública en vivienda asequible para los hijos de las clases media y trabajadora son un problema en toda Europa. Por suerte, tras las pasadas elecciones europeas el grupo socialista del Parlamento Europeo fue capaz de arrancarle a la recientemente reelegida Úrsula Von der Leyen un nuevo plan europeo de vivienda “asequible” con una estrategia de inversión clara y contundente.
Pero, lo que son las cosas, si gana Trump en EE.UU. la cosa se puede ir al garete. Porque a Europa le va a tocar hacer un esfuerzo económico enorme en defensa frente a los posibles ataques exteriores que se ven en el horizonte próximo. Y dinero para todo no hay. Así que recemos para que gane Kámala Harris porque, si no es así, nuestros hijos e hijas lo van a tener muy crudo para comprarse el pisito que les permita ser independientes.
