El Pisito (Parte 3)
En los años 90 el problema de la vivienda estaba en el prohibitivo precio del suelo. Los solares eran escasos y aquellos que no estaban construidos eran pasto de la especulación. Pero ese ya no es el problema. Durante los primeros años 2000 se urbanizaron solares por toda España suficientes para que, junto con una crisis financiera e inmobiliaria de tres pares de narices, el valor del suelo cayera precisamente por ahí: por el suelo.
Pero entonces nos llega la acaparación de materias primas por China, y las guerras que afectan a la energía, y el problema ya no es adquirir el suelo sino construir. El precio de construcción del metro cuadrado se sube por las nubes. Ello acompañado con el grifo cerrado de las entidades financieras.
Por otro lado, hay un problema de actitud: los jóvenes no están dispuestos a perder la calidad de vida que tienen viviendo en casa de sus padres (así me lo contaba hace unos días una concejala joven de un ayuntamiento de Valencia).
Y finalmente, un amigo me hace el siguiente análisis: con los sueldos actuales no se puede acceder, ni por compra ni por alquiler, a la vivienda. Por lo tanto, los chavales y chavalas gastan su sueldo en vivir (comidas, viajes, fiesta y consumo efimero). Sin ahorrar ni un céntimo. Por eso hay un aparente ritmo de consumo que parece que todos seamos clase media adinerada y no clase trabajadora (que es lo que en realidad somos). Podría ser que estuviera en lo cierto.
Con todos estos ingredientes no hay pisito asequible que se construya ni hijo de vecino que pueda ponerse a vivir en él.