Pedir permiso
Hermanos: ya sabéis ese dicho de que “Mejor pedir perdón que pedir permiso”. Este aforismo vale para ligar, pero no debería servirnos en el urbanismo. Ahora bien, es cierto que cuando uno va a pedir una licencia de obras en la mayoría de los casos se convierte en una yincana administrativa que puede durar meses o, en algunos casos, incluso años.
Realmente no debería ser así, porque una licencia es un acto casi automático por el que el ayuntamiento comprueba que aquello que pretendes hacer en tu solar, finca, propiedad, está permitido por la normativa urbanística.
En el tiempo de la inteligencia artificial y los miniordenadores con superpotencia sería realmente muy fácil que se crearan programas que hicieran automáticamente las pertinentes comprobaciones, te dijeran si has cometido un fallo e, incluso, te informaran como solucionarlo. Apenas apretando una tecla y en cosa de minutos.
Una vez validado por la máquina el resto debería ser automático también, y no estar pendiente de una decisión política, una resolución de la alcaldía o un acuerdo de la Junta de Gobierno Local. Porque ahí también pueden surgir los inconvenientes y retrasarse injustificadamente los plazos de otorgamiento de las licencias.
Desde el urbanismo estamos haciendo esfuerzos para solucionar este problema, a través de Declaraciones Responsables del solicitante, que da su palabra a la administración de que lo que va a construir cumple con la ley. O la figura de las ECUV,s que son entidades colaboradoras de la administración que están habilitadas para hacer el informe técnico municipal y tienen total validez legal. Lo cual son dos grandes adelantos. Seguiremos informando.