Otro macro incendio en la provincia
La propiedad privada que impide la gestión del bosque de forma rentable es, a veces, el problema. Otras es el ecologismo radical que entiende que nuestro bosque debe dejarse crecer libre sin ninguna intervención humana, y que tiene gran influencia sobre la administración medioambiental. En otros casos, la culpa es del cambio climático que estamos provocando los humanos. Y en otros los descuidos o algunos locos que andan por ahí sueltos. Pues aquí lo tenemos de nuevo: otro macro incendio imparable en nuestra provincia. Con cientos de desplazados de nuestra provincia “vaciada” que se queda más vaciada todavía. Totalmente desértica.
Poniendo en peligro a los héroes del cuerpo de bomberos y las fuerzas de seguridad del Estado, a la Unidad Militar de Emergencias. Con miles de euros destinados a extinguir incendios, en lugar de utilizarlos en la prevención y en la gestión forestal del bosque castellonense.
¿No estará bien ya? Nuestros bosques no son, ni han sido, ni serán una selva virgen que deba dejarse crecer libremente y regenerarse de forma independiente a base de incendios y resurrecciones espontáneas. Hace demasiados siglos que su gestión y transformación estaba en manos de los hombres.
Bien por el cultivo de secano de subsistencia, bien por las necesidades de las fábricas de azulejos que necesitaban biomasa para sus hornos, o bien por otras necesidades de energía para los hogares, nuestros bosques nunca han crecido a su libre entender. Siempre ha estado el ser humano gestionándolos e interviniendo.
¿Siempre? Siempre no. Las últimas décadas la masa forestal ha sido abandonada tanto por los habitantes como por la administración. Y este ha sido el resultado: macro incendios.