El nuevo PGE y la Marjaleria
Si algo bueno tiene el nuevo Plan General de Castelló es, sin duda, las posibilidades que abre para solucionar el eterno problema de la Marjaleria y la legalización definitiva de las viviendas que en ella se han construido.
La solución pasa por regularizar las viviendas actuales y una disciplina urbanística que impida que se construyan más allí donde el nuevo Plan General lo impide. En las zonas en las que la construcción ya ha creado evidentes núcleos de población se deberán desarrollar mediante la correspondiente urbanización básica.
Pero lo extraordinario de las posibilidades que se abren en suelo no urbanizable de la Marjalería son muchas. Bien a través de la minimización de impacto colectiva, en las zonas en que, sin ser suelo urbano, exista una densidad de más de tres viviendas por hectárea. En las cuales bien el ayuntamiento, bien los propietarios podrán proponer un plan para acometer las obras básicas de minimización de impacto ambiental (alcantarillado o sistema de depuración de aguas, solución a los accesos de forma que se permita la movilidad mediante vehículos y, sobre todo, mediante ambulancias y bomberos).
La otra fórmula, para las viviendas más asiladas será la de la minimización de impacto individualizada, por la que cada propietario podrá pedirle al ayuntamiento que se le declare la minimización y dispondrá de cuatro años para llevar a cabo las obras necesarias.
A cambio, todos, podrán obtener la regularización de sus construcciones y la deseada cédula de habitabilidad. A la par que poder declarar la obra nueva en el Registro de la Propiedad, lo cual es esencial para poder hipotecar, vender, donar, heredar la casa.