Nuestros techos
El lugar ideal para poner placas solares es, sin duda, los tejados de nuestros edificios. Ya sean los bloques de pisos, las casas unifamiliares o las naves industriales.
Posiblemente con ello rebajaríamos notablemente la factura de la energía eléctrica. Son muchas las empresas que se están dedicando a este nuevo negocio el de las cooperativas de energía renovable o a, simplemente la instalación de placas solares financiadas por la empresa privada.
A largo y medio plazo, esta es una buena solución a título individual de nuestro consumo casero. Pero otra cosa es el consumo necesario para nuestro transporte, nuestras industrias (que nos dan trabajo).
Sin embargo, con el gravísimo problema energético que tenemos, no se ve que los ciudadanos se hayan echado en masa a instalar placas solares en los techos de los edificios. La mayoría de comunidades de propietarios no han corrido a hacer reuniones para acordar ceder sus tejados. Ni se han agotado las múltiples subvenciones que otorga el Ministerio para la Transición Ecológica Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
Todo ello pese a los cañazos que estamos recibiendo en nuestros recibos de la luz. Y esperemos a cuando los coches ya no vayan ni con gasoil ni con gasolina, que entonces, además necesitaremos la electrificación de todos los parkings privados para que recarguen por la noche. Más acuerdos de comunidad de vecinos.
Tampoco es que los ayuntamientos hayan corrido a instalar placas en los tejados de sus edificios públicos para dar ejemplo.
O nos ponemos las pilas en nuestros techos como si no hubiera un mañana o a poner parques solares en suelo rural. No hay otra.