Un mundo de nerviosos
Estamos en un mundo de gente nerviosa. Hace doce años estuve el Ghana y los lugareños me demostraron lo exagerados que somos con estas cosas. Lo que para mí era exasperantemente lento, para los lugareños era normal dejar pasar las horas sin rellenarlas con cosas, acciones o pensamientos. El Arzobispo de Kumasi, la segunda ciudad del país, me dijo sobre este tema: “Vosotros tenéis los relojes… nosotros tenemos el tiempo”. Este dicho Ashanti puede ser más o menos acertado, pero creo que una pequeña dosis nos la deberíamos aplicar después de las elecciones europeas.
Primero. ¡Menuda campaña mediática le están haciendo a Podemos y a su líder Pablo Iglesias junior! Entre los insultos de los periodistas ultracentristas del TDT Party y columnistas de la nueva división azul, por un lado. Y la descomposición de vientre de los partidos de la izquierda, por otro, a este señor lo van a hacer presidente del gobierno en año y medio y sin que hagan falta elecciones… directamente lo santificará la población por mártir.
Siempre hemos sido un país en el que los mártires han dado muy buen resultado, la verdad.
Segundo. ¿Qué es lo que tienen los partidos de izquierdas (y de derechas y centro) que no tienen en Podemos? Pues algo que es absolutamente necesario para un partido que quiera gobernar: el Aparato. Podemos es un fenómeno mediático que no tiene ni estructura ni aparato, por lo que en los próximos meses se va a llenar de arribistas, descontentos de los partidos y del mundo en general. Muchos nerviosos, si me permiten. Y ahí Pablo Iglesias Junior va a tener que seleccionar muchísimo si piensa tener futuro.
Tercero. ¿Qué es lo que tienen los partidos de izquierdas (y de derechas y centro) que no tienen en Podemos? Puede parecer la misma pregunta que la de antes… pero no lo es. Precisamente la ausencia de aparato es lo que hace atractivo a este chaval y su “Podemos”. Los españoles están hartos de ciertas caras que se repiten desde el minuto uno de la transición. Que indudablemente muchos de ellos son unos magníficos políticos. Pero ya no son capaces de dar las soluciones que exige la sociedad del treding topic y del facebook, de los desahucios y las tensiones territoriales nacionalistas. Sencillamente se han quedado atrás. Muy atrás.
Cuarto y para acabar. Si los aparatos de los partidos, con su tendencia a conservarse a sí mismos, no son capaces de dejar que la democracia directa y externa entre en sus reductos para airearlos, no se preocupen los ciudadanos elegirán otras opciones. Y ahí es donde estos aparatos corren verdadero peligro, porque las nuevas opciones pueden ser desde la extrema derecha renovada al estilo francés (que por suerte aquí todavía no parece que haya triunfado) o soluciones neo-populistas. Y eso si que puede preocuparnos a todos y mucho.
Así que “renovarse o morir” pero tranquilamente. Sin prisa pero sin pausa.