Haciendo balance
Pocas horas antes de la media noche, en este día de San Silvestre, uno suele hacer balance de cómo le ha ido el año. El 2012, acabado en uno de los números esotéricos más importantes, el 12, junto con el número 7, parecía brindarnos una puerta de salida de la crisis. Mariano Rajoy, nos prometía con su programa electoral triunfante un futuro mejor por arte de “birlí-birloque”. El PGOU de Castellón todavía estaba vivo en la mente del Alcalde Alfonso Bataller. La sociedad municipal de Urbanismo, GUMSA, todavía tenía esperanza de vida y el grupo popular en el gobierno de la ciudad, le administraba dosis importantes de recursos vía gotero. El Corredor Mediterráneo había recibido un apoyo importantísimo desde la Europa de Bruselas. El Aeropuerto de Castellón seguía siendo un inacabable fondo de inspiración para monologuistas y chistosos que convertían a nuestra provincia en “Neo-Lepe”. Y en Valencia se inventaron una cosa llamada “Infraestructura Verde”.
Un año después, y a la puerta de otro año finalizado con otro número no menos esotérico, el 13, podemos ver que el año transcurrido nos ha dejado salud (eso sí, de copago y en ciernes de privatizarse) y premios en lotería similares a aquellos que caen en zonas catastróficas.
En fin, el 2012 nos deja un PGOU de Castellón y una empresa pública GUMSA muertos y enterrados. El proyecto de un tercer raíl a construir junto a los dos que ya tenemos y que sustituye al aparcado AVE Valencia-Castellón. Un aeropuerto tan cómico como aquel de la magnífica película de Leslie Nielsen “Aterriza como puedas”. Y una puñalada trapera y por la espalda a todos los municipios no costeros de la provincia de Castellón en forma de “Infraestructura Verde” que de forma sibilina se está aplicando desde la Conselleria de Isabel Bonig.