Nueva Ley del Aborto, una Ley atroz

Semanas atrás se celebró una multitudinaria manifestación, contra algo tan injusto como es el crimen de un inocente que ni siquiera ha nacido; el hecho no tiene nombre, y si lo tiene, es atrocidad; Dicha concentración no cambiaron los objetivos de nadie.

Hay dos cosas gravísimas en esta Ley, que ya desgraciadamente, lo es: primero que se permite abortar a las niñas de dieciséis años sin el consentimiento de los padres, primera barbaridad; porque a esa edad, aunque se puedan hacer ciertas cosas… no se está plenamente maduras para saber que es bueno para ellas, y el futuro hijo que va a venir.

Esas “mujeres”, que dicen “ser dueñas  de su cuerpo”, no tienen nada de personas; porque el sueño de toda mujer, que se sienta mujer es, ser madre, y las pro abortistas no  merecen el calificativo de personas.

Volviendo a la “esa Ley” que ni es Ley  ni es nada, solo fomenta el crimen  de unos seres humanos que ni siquiera han nacido;  también sirve para proteger a los facultativos que cometen estos actos

¿Y quien no nos dice que una de esas criaturitas perdidas, no sea un genio que pueda salvar a la humanidad? Quizá evitando el hambre o la contaminación, o el sida...

A uno le gustaría preguntarles a esas “mujeres equivocadas”,  si les hubieran gustado que sus madres hubiesen abortado cuando iban a nacer; seguramente dirían no; eso es injusto y antiético.

Existen  otras vías  de solución,  ayudas a las madres  solteras,  como las  ayudas

Económicas, que ofrece la Generalitat Valenciana, es una medida disuasoria al aborto, y a la vez una buena solución en casos de extrema necesidad.

Uno les diría a esas mujeres Pro abortistas que no tienen nada  de personas, porque cualquier mujer tiene el anhelo, el instinto de ser madre.

En cuanto a esa Ley, no es nada, porque no protege al ser humano, que lo es desde el momento de la concepción; aunque algunos opinen que se debe considerar “persona” cuando ya está fuera del vientre materno; no conduce a nada,  favorece algo tan horrible como la muerte de un ser; sea como sea es una Ley impropia, que solo fomenta la interrupción de la vida de un ser que tiene vida propia.