Los musulmanes, un pueblo no tan noble
Cuando sentimos que un sujeto o colectivo es atacado por otro, tenemos la tendencia de ponernos a favor del agredido; sin importarnos los defectos que pueda tener; y mucho más si el ofendido es humillado repetidas veces. Un lector de mi artículo anterior me hizo reflexionar al respecto, le quedo muy agradecido.
Ensalcé al Pueblo Árabe, pero existe una gran “mancha negra” que los Occidentales no podemos consentir; para ellos, la mujer es como un animal, carentes de todo derecho, es como una posesión más del macho; un hombre puede tener tantas esposas como quiera; o pueda mantener, mientras la mujer no puede escoger al hombre que quiere.
Son maltratadas, golpeadas, dilapidadas en caso de adulterio, la mutilación genital; significa una verdadera salvajada, de origen incierto aunque se dice que proviene de Egipto; esta práctica es una auténtica aberración, que sitúa a la mujer en un segundo plano, o mejor dicho en un objeto; algo vergonzoso que ofende al ser humano.
La dilapidación por adulterio es otro acto vandálico, es una verguenza para la humanidad; algo que hasta hace poco eran una cruel realidad.
La Mujer Musulmana siempre ha llevado el peso de la casa, criando a sus hijos, haciendo sus tareas domésticas, calladas y sumisas, dominadas por el varón y sus malos tratos “tradicionales”; así siglos y siglos.
Ciertamente, a esa cultura no se le puede calificar como noble, porque noble es aquella sociedad que trata a todas las personas por igual; pero hay que reconocer que ellos aún viven en la edad media, que son siglos de retraso, y que la mentalidad del Pueblo Árabe quizá algún día cambiará.
De acuerdo con el fondo del artículo, pero me permito una pequeña corrección acerca de una palabra que el autor utiliza en dos ocasiones: DILAPIDAR significa derrochar, despilfarrar. Pienso que lo que queria decir es LAPIDAR, apedrear.