El porvenir
En este punto “si fuera inteligente” debería de dar por finalizado el artículo. Pero evidente mente, no lo soy.
Si dije, y lo reitero: que, “Para expresar las ideas se precisan de muy pocas palabras, salvo que se tengan muchas o muy pocas.”
Y añadí “El escritor no debe guiar al lector. Debe alumbrarle el camino”
Nuestro conciente está limitado por el conocimiento. El Instinto en cambio es infinito.
Cuantas veces seguramente, habrán sentido una orden imperiosa que ordena ¡cierra el grifo!, mientras nos cepillamos los dientes.
Ante la gula ¿no sienten remordimiento?
Ante sus hijos desubicados. ¿Qué sientes? ¿Arrepentimiento?, ¿o lastima?
Y cuando soportas la perfumada brisa del mar, en tu chalet frente a playa. ¿No piensas en tus abuelos, desbrozando los campos a plenos rayos de sol?
¡Claro que lo piensas! Pero te haces el distraído!
Yo pongo la carne y ustededs haccen el assado.. Un abrazo