Una paella bien lo vale
Sesenta y tres años, veinticinco viajes, quinientos veinticinco mil kilómetros, setecientas cincuenta horas de vuelo y doscientas cuarenta de paciente espera en los aeropuertos. Fueron menester para que unos paisanos me invitaran a compartir su amistad en torno a una paella.
¡Valió la pena!
Lo que siembres en el futuro lo cosecharas en el presente.
Espiritualmente el hombre se nutre de sensaciones, y las que percibe de sus proyectos son muy superiores que las que pueda recibir de la realidad de los hechos.
Cualquiera que no me conozca, pensará y con razón, que mi vida transcurre inmersa en la triste añoranza del pasado, y no es así. El pasado-presente sólo es un medio con el que proyectarnos hacia el futuro. ¡El futuro! Ahí está la clave del éxito.
Como Hernán Cortes, al editar “Rimando, reflexiones y recuerdos” quemo las naves. Ya no hay regreso posible. Mi compañero y confidente seguirá su camino y yo mi destino.
Me hubiese gustado hacer la presentación formal de “Rimando” en Burriana. De cualquier manera, algunos ejemplares me acompañarán como testigos de una voluntad y el reconocimiento hacia el pueblo que me vio nacer, Burriana.
A mis familiares todos y los apreciados paisanos, José Ramón Calpe, Gloria Olivares, Roberto Roselló, Norberto Mesado, Berta Balaguer, Josep Palomero, Joan Llidó, Quique Safont, Miguel Bataller, Joan Pasqual Enrique, Santiago Ríos. José Megías, Retovator, Jo, Jordi Bort y Cristina Querol. Muchas gracias y hasta pronto.
Apreciado Preguntón. ¡Cúanta razón tiene! Le agradezco de corazón sus deseos.