Cada familia es un mundo y cada ser un universo
En verdad resulta sumamente difícil separar la una, de la otra. Pero es imprescindible hacerlo, si queremos saber quien, y que somos.
¿La “Historia” de Valencia? ¿Se inicia a partir de la llegada de don Jaime I “El conquistador”?
¿La de Uruguay? ¿Con el General Don José Artigas el “Libertador”?
Por supuesto que no.
Y… ahí está, y no en otro lugar, la causa de nuestra falta de identidad.
Un hombre o un país sin identidad, es como unas botella vacía en un mar embravecido.
No tiene destino, ni sentido.
En ésta América latinizada, e incoherente.
En donde los vikingos se vanaglorian de ser los primeros europeos en desembarcar en sus costas. Cosa que está por verse, (un tío mío llegó primero)
En donde Colón.
Un señor, que a la hora de repartir dividendos se lo disputan (cómo no) catalanes, judíos e italianos.
Un Colón “ignorante” de su “descubrimiento” llama indios a los pobladores de un continente “desconocido” (por los europeos) que por supuesto no es la india.
Continente que, no se quién, si se porqué, bautizaron América.
Unos pobladores que sostienen ser los primeros habitantes. Lo cual no es cierto.
Un país occidental que se autoproclama República Oriental del Uruguay.
Cuyos habitantes, a los valencianos, nos llaman gallegos
MI TIERRA
Cuando por la tarde
me voy caminando
por la carretera
entro a los caminos,
penetro en las sendas,
y al llegar al huerto
que ayer fue mi tierra
detengo mi paso
buscando las huellas
de un niño pequeño
que corre y que juega.
¿Dónde está mi padre?
Entre los naranjos
sudando y sudando
revuelve la tierra.
Su cuerpo empapado
el sudor gotea.
¿Dónde está el botijo
lleno de agua fresca?
Levanto un terrón,
mi mano se cierra
y de entre mis dedos
se escapa la tierra.
Son otros naranjos;
es la misma tierra.
A mi lado tengo
a la antigua acequia.
Acaricio el agua
que pasa por ella.
Siento que me abraza,
siento que me besa.
Mis lágrimas dejo
en la vieja acequia.
Levanto los ojos
y veo a mi tierra.
Hoy
tiene otro dueño.
Yo
tengo otra tierra.
Mi apreciado Miguel: debí decir "vencedores de turno"