Tambores de guerra en el socialismo
Tan pronto empezaron a sonar los rumores de que ZP tenía previsto proponer a Trinidad Jiménez como candidata del partido socialista a la Presidencia de la Comunidad Madrileña, la señora Ministra se apresuró a desmentirlo, argumentando que toda su atención estaba centrada en la salud de todos los españoles, y que ese bulo carecía de fundamento.
Poco sabía ella, que quien decidía eso no era ella, sino el “padrino” , y por eso el mismo personaje se encargó de hacerlo público poco después, pretendiendo que Tomas Gómez, renunciara a la nominación.
Le salió el tiro por la culata, y ahora Tomás Gómez, ha decidido que ni hablar del peluquín, pues sabe y es consciente de que al zapaterismo le queda muy poca vida, y ha encontrado una razón para hacerse popular, enfrentándose a un personaje amortizado políticamente.
Imagino que Zapatero, esperaba un nuevo acto de sumisión, y en espera de poder ofrecerle un futuro ministerio, Gómez se hubiera doblegado a sus caprichos, pero no ha sido así.
Ahora, crea una importante brecha, enfrentando a la Federal del PSOE, con la Federación Socialista Madrileña.
Todos dicen respetar mucho a sus contrincantes, pero cada uno ha procurado montar inmediatamente sus propias barricadas, y ahora se posicionan todos, donde más les conviene, y hasta la misma Trinidad Jiménez, después de haber dicho hace una semana que no aspiraba al cargo, sale ahora diciendo que es una decisión propia, y no de su jefe, y éste, dice que se mantendrá neutral después de originar el conflicto.
¿Quién puede fiarse del Presidente del Gobierno ni de la Ministro, cuando en pocos días, dicen una cosa, y la contraria, sin ruborizarse?
A esas mentiras, les llamo yo mentiras zapateriles, porque no se la creen ni los más ingenuos lectores de cuentos infantiles.
De momento el 70 % de las federaciones locales de la Comunidad Madrileña, que son los que tienen derecho a voto, ya se han posicionado detrás de Tomás Gómez, que no me extrañaría que le hubiera plantado cara al Presidente del Gobierno, por indicación a al amparo de algunos “pesos pesados” del socialismo español, hartos ya de Zapatero y de sus tonterías y desgobierno.
Posiblemente entre los mismos socialistas, se haya levantado la “veda de Zapatero” a la vista de que ha llevado al partido a las expectativas de voto mas bajas de su historia democrática, y sólo comparable con el punto mínimo alcanzado por Almunia.
Me viene a la mente, que también éste fue “nominado” por Felipe, y se enfrentó a Borrell en unas primarias, en las que el partido se impuso al aparato felipista, y que a la larga acabaron fracasando los dos.
Borrell duró menos que un pastelito a la puerta de un colegio, ya que sus propios correligionarios, le montaron un expediente X, a través de la Inspección Fiscal de Cataluña, en la que algunos amigos prevaricaron, y acabó pagándolo Borrell.
Almunia, recobró a dedo, lo que no había ganado en las urnas, pero fue barrido en las generales, por un Aznar imparable, que supo hacer oposición, y dejar al descubierto las vergüenzas de un felipismo corrupto y desintegrado.
Rajoy, sin ninguna duda, no sabrá sacar partido de toda la situación actual, que recuerda aquella, porque desde hace ya dos años, espera que la “fruta caiga madura”, para no ensuciarse las manos.
No es un buen Jefe de la Oposición, pero sin duda será mucho mejor gobernante que Zapatero, que es el paradigma del desgobierno, de la incompetencia y de la mala administración.
Además, carece del mínimo sentido del Estado, cuyo equilibrio lo deja siempre supeditado a sus propias conveniencias.
En fin, que una vez más, los socialistas sacan a pasear a las “elecciones primarias”, pero sin haber analizado las consecuencias de tan irreflexiva postura.
Si pierde Trinidad Jiménez (como sería muy posible) pierde también Zapatero, que es quien ha diseñado la operación, probablemente para sacarla del Gobierno, después de tener que quemar 100 millones de euros en vacunas compradas innecesariamente, para prevenir una pandemia que nunca existió.
Si gana Trinidad Jiménez, habrá roto el partido en dos, al menos en Madrid, y con ese fraccionamiento será poco menos que imposible moverle el sillón a una Esperanza Aguirre, que cada día se muestra más sólida, serena y mejor gobernante.
¿Qué habrá ganado en ese caso el socialismo español?
En mi opinión tan solo una tregua de 2 meses, en los que en vez de hablar de la pésima gestión económica del Gobierno, estarán todos los medios de difusión, hablando de las elecciones primarias de Madrid.
¿Merece la pena perder tanto, para ganar tan poco?
¿O quizás la estrategia la ha marcado un cerebro mucho más agudo que el de Zapatero, para quitárselo de encima y reconducir al socialismo español?
El tiempo dirá, pero mucho me temo que en cualquier caso, siempre saldrá perdiendo el PSOE, gane quien gane.
Y mientras los populares, se estarán frotando las manos, porque sin mover un solo dedo, los mismos socialistas les están haciendo el trabajo sucio.
Querido Miguel, felicidades por tu artículo. Sabes que pienso como tu sobre quien maneja los hilos pijoprogres en España. Y por suerte, sí, la época zapateril está en las últimas, y yo sólo espero que los últimos coletzaos de este inepto no tengamos que pagarlos todos de nuevo. No sólo me parece bien sino necesario que en el seno de un partido haya discusión, porque no considero las organizaciones políticas como entes impermeables sino como formaciones que se alimentan de la sociedad y representan la discusión y la diversidad que hay en ésta. Pero en el PSOE zapateril, como tu lo llamas, hay muy poco espacio a esta discusión, es un grupúsculo hermético creado entorno a su presidente que admite pocas divergencias y sectario. Donde todo cabe: menos llevarle la contraria al "jefe" .