Sublime decisión, la de su santidad Benedicto XVI
En un mundo en el que todos tratamos de perseguir lo que no tenemos, para comprarlo, conseguirlo y disfrutarlo, de momento se presenta una persona UNICA, quizás la mas poderosa e influyente del planeta, para dar un ejemplo de sensatez y cordura.
Se han convertido el PODER, el DINERO y el SEXO en los tres objetivos fundamentales de cualquiera que se quiera significar en unas sociedades en las que otros valores como la ÉTICA, la MORAL y la VERDAD han dejado de cotizar y ser reconocidos como fundamentales para situarse en el primer escalafón.
Y por eso, tan frecuente vemos multimillonarios, invirtiendo parte de su fortuna para ser elegidos dentro de estructuras políticas articuladas por ellos mismos, y llegar a puestos de responsabilidad en el manejo de los destinos de sus países.
Berlusconi es el paradigma en Europa, y una vez enriquecido y situado en el poder político, la consecución de mujeres bellísimas, con una moral más o menos distraída es cuestión de coser y cantar.
Otros llegan al poder político en un entorno natural, representando a una ciudadanía que les cree y confía en ellos, y aprovechan esa posición para enriquecerse, pero eso si guardando las formas, y manteniéndose dentro de su país en un perfil bajo, por si se les presenta la ocasión de volver a ejercer el poder total, o necesitarlo.
Suelen hacer de la pana y la camisa descorbatada su atuendo nacional, aunque suelen alternar con multimillonarios de su misma calidad y cantidad, allende nuestras fronteras, y cambian de novias o de esposas, con la misma naturalidad que se cambian de camisa.
De esta variable, en España disponemos de valiosos ejemplares, tanto entre los que se consideran españoles, como entre los que pretenden renunciar a serlo.
Es otro modo de combinar PODER-DINERO-SEXO, empezando en los casos de los hombres por ese mismo orden, y en el de las señoritas que alcanzan el dinero y el poder a través de sus encantos, por orden inverso, aunque también tenemos ejemplos de “sementales” que han llegado al poder y al dinero a través de sus “calidades”, mas o menos ocultas.
En fin, que aunque en el entorno internacional se podría presentar a Berlusconi, Sarkozy o Carla Bruni como estereotipos de los que trato de explicar, en nuestro entorno más o menos inmediato si nos fijamos, en diferente medida se podrían encontrar casos semejantes.
Y nadando contra corriente, aparece la figura de un hombre con una inteligencia fuera de lo común, con una capacidad de análisis y de síntesis poco frecuentes y que a sus ochenta y muchos años, y en pleno uso de sus facultades mentales y muy escaso ya de recursos físicos, se da cuenta de que en breve le va a resultar imposible soportar sobre sus hombros la pesada carga de ser la piedra sobre la que descansa la Iglesia Católica.
Y rompiendo moldes de más de seis siglos de vigencia, decide RENUNCIAR, ya que no puede presentarle la DIMISIÓN más que a Dios, ni tiene el poder de ABDICAR en nadie, pues su sucesor tiene que salir de un Conclave de los Cardenales con derecho a voto.
Y toma la decisión de RENUNCIAR al centro de PODER con más influencia en el mundo actual, a cambio de nada.
Es consciente de que a partir del 28 de Febrero pasará a ser un católico más, que vivirá en un retiro espiritual su ancianidad, sin mas privilegios que esperar a la muerte plácidamente disfrutando de una paz de espíritu que nunca habría podido tener de seguir en la silla de San Pedro.
Todo un ejemplo para muchas personas que se empeñan en ejercer un poder que ni saben ni deben de manejar, cuando sus facultades físicas o mentales merman sustancialmente.
A mi me daba una pena enorme ver a Juan XXIII y más recientemente a Juan Pablo II agonizar día a día delante de las cámaras, sin poder tener una muerte digna y pacífica libre de obligaciones para las que ya no estaban capacitados.
Fueron ejemplares llevando su cruz hasta su propio calvario, pero me resultaba tan innecesario como inhumano.
Por eso admiraré a RATZINGUER cuando ya no sea PAPA.
Y estoy convencido, porque confío en su inteligencia, que sabrá hacer de la discreción y el sentido común la bandera de sus últimos años.
Si pudiera le daría un abrazo y le agradecería ese gesto tan ejemplar, inteligente y humano que se ha reservado para el final de su pontificado.
GRACIAS SANTO PADRE.
Apreciado Vigorhumus, intuyo que usted no discrepa con opinión. Simplemente hablamos de caminos covergentes. Lo que afirmo es que, las Iglesdias que yo conozco,en lugar de iluminar deslumbran.. Lo cierto es que, resultan altmanente enriquecedoras sus opiniones.