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Por Miguel Bataller
Columna de Michel - RSS

El socialismo y la “crispación”

    Me produce una profunda sensación de estupidez ajena cuando oigo a los socialistas ahora gobernando hacer un uso tan frecuente y despectivo del verbo “crispar”.

    Ellos que lo introdujeron en la política durante todas las épocas y momentos que tuvieron que vivir en la oposición, quisieran ahora ser tratados aún con “guantes de seda” de una mejor calidad cuando no lo merecen bajo ningún concepto.

    Parece que no recuerden a Alfonso Guerra, haciéndole la oposición a Suárez, o al mismo actual Ministro del Interior, desde el 11 al 14 de junio (día de reflexión incluido), llevando a cabo la mayor campaña de crispación que se ha vivido en nuestro país desde 1939.

    Claro que, al parecer, a ellos les está todo permitido, porque son toscos, sarcásticos y maleducados, pero al centro derecha eso no se lo consienten.

    Que Pepiño Blanco salga todos los días insultando a los dirigentes del PP, ellos lo deben considerar una crítica constructiva y cuando se le acaba el repertorio le deja la vez al Portavoz en las Cortes, que les acaricia con sus lindezas.

    Que la vicepresidenta del Gobierno al final de un consejo de Ministros llame a Aznar y a Rajoy desde el mismo Palacio de la Moncloa “ruin” a uno y descalifique indignamente al otro, es de los más moderado y adecuado en la boca de esta señora, caracterizada por su templanza verbal y por su aguda lengua viperina.

    Me gustaría saber a mí como hubiesen actuado los socialistas, ante un “chapapote” como el de Ibiza, si el poder en la Comunidad Autónoma Balear hubiese estado en manos del PP.

    Recuerden sólo cómo actuaron en Galicia.

    La reacción que hubiesen tenido si en Barcelona y en Cataluña hubiese gobernado CIU o el PP en vez de hacerlo ellos con el caos causado por la mala gestión de sus Gobiernos, municipal y autonómico, en el reciente incendio de los trasformadores que abastecen a la mayor parte de Barcelona.

    Imaginen si llegan a matar a los militares españoles que han muerto en Afganistán y Líbano en tiempos del PP. La de críticas e improperios que les hubiesen caído encima con tal de desprestigiarles.

    No hace falta recordar los miles de veces que nos hemos oído que España participó en la Guerra de Iraq, cuando la verdad es que la auténtica “guerra” que fue la invasión, fue obra exclusiva de EEUU e Inglaterra, y después de ella España con otros 54 países enviaron tropas para colaborar con la reconstrucción de las infraestructuras que se habían destruido, y para establecer hospitales de campaña y medidas sanitarias para ayudar el pueblo iraquí.

    Pero los “zapateros”, con sus imperios mediáticos convenientemente aleccionados, repitieron un millón de veces la mentira, como suele ser habitual, hasta convertirla en realidad para muchos españoles mal informados por ellos.

    Para ellos los muertos de Iraq deben de ser de otra categoría y calidad a los muertos del Líbano y de Afganistán pero con una sola diferencia.

    A Iraq fueron en plan de ayuda humanitaria y sólo murieron dos periodistas y ocho agentes del Centro Nacional de Inteligencia, a los que, según ellos hacen público ahora, les delató un compañero del mismo Centro que era agente doble al servicio de otra potencia extranjera.

    Tanto en Afganistán como en el Líbano han muerto soldados, muchos soldados.
    .
    Y resulta que lo de Iraq era “guerra”, y digo yo que quizás lo de Afganistán y Líbano sean unos “juegos florales”.

    Si el Jefe de la Oposición, en el Debate del Estado de la Nación, le pide al Sr. Zapatero, que publique las actas de sus reuniones con ETA, eso es “crispar” y, muy en su papel, el Presidente del Gobierno ni le contesta ni le aclara nada.

    Es sordo y tonto, y claro aunque se lo repitan diez veces, es como si le hablaran a una pared.

    Al día siguiente, todos los medios de difusión adictos al régimen socialista, al igual que se hacía en el tardo franquismo, hacen alarde de su sectarismo y presentan el debate como una “goleada” de Zapatero, en vez de reprocharle su ocultismo y su falta de transparencia.

    En fin, que a mí sí me “crispan” ellos y sus acólitos, muy bien distribuidos en los medios de difusión , la SER, los de Prisa, en las televisiones que controlan y en Radio Nacional de España, porque de lo que veo y percibo, a lo que ellos me quieren hacer creer, hay una diferencia abismal y sólo espero que vayan incrementado ese sectarismo para que se vaya haciendo más patente cada día y el español medio vea con claridad lo que están haciendo.

    Rajoy, Zaplana y Acebes son tres “hermanitas de la caridad” si se les compara con sus equivalentes socialistas de otras épocas e incluso de estas. Con un nivel intelectual incomparablemente superior a Zapatero, Pepiño Blanco y al portavoz socialista de las Cortes, que ni sé ni me interesa saber como se llama, porque es un disco rayado, cada vez que sale a manifestarse.

    La única diferencia es que analizan sin recurrir al insulto y piden explicaciones que normalmente nunca reciben.

    Lo único salvable de este Gobierno es el equipo económico y la sensatez, mesura y capacidad explicativa del Sr. Solves.

    Si de mí dependiera, los demás miembros del Gobierno, o por incapaces o por cínicos o por mentir más que Pinocho, les suspendería y no les permitiría estar ni un minuto más destruyendo esa España Democrática y Autonómica que tanto ha costado de construir y que ellos desmantelarán en poco tiempo, llevados por su torpeza y egoísmo personal.

    Y si estos es “crispar” no me importa.

    Me importa que se vayan a tomar viento fresco cuanto antes y dejen de amargarnos la vida a los españoles, no nacionalistas ni separatistas ni cómplices de ese socialismo de pesebre que es el zapaterismo y que nada tiene que ver con la auténtica cultura socialista basada en la solidaridad y honradez.

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