Las sentencias del juicio del 11 M

Nada que no se supiera de antemano.

La masacre más atroz de la historia de  España, con 191 muertos y muchos cientos de personas traumatizadas,  se cierra de momento sin ninguna luz que pueda alumbrar a las víctimas ni sacarles del marasmo en que quedaron sumidas aquel infausto día.

La sentencia concluye que ETA no tuvo nada que ver con el atentado ni tampoco la Guerra de Iraq.

Con ello quedan satisfechos todos, desde el punto de vista político, ya que ni unos ni otros pueden hacerse responsables de la matanza ni usar los argumentos que se usaron los tres días anteriores a las elecciones del 2003, y en cierto modo deja esta polémica de ser una munición válida de cara a las próximas elecciones.

Todos, contentos y satisfechos… menos las víctimas, que aún siguen preguntándose cómo es posible que si no había un móvil aparente para este asesinato colectivo, pudiera llevarse a cabo por cuatro pelagatos (para más “inri” confidentes de las Fuerzas de Orden del Estado), que no pertenecen a ninguna infraestructura terrorista mayor y organizada… y encima no fuesen detectados por los servicios secretos españoles, pese al montón de pistas que iban dejando tras ellos, como se ha demostrado en  las declaraciones durante la instrucción del sumario.

Es decir, que estamos ante una masacre sin  móvil aparente, sin inductores  cualificados, sin necesidad de financiación (pese a que volaron cuatro trenes) y sin dejar rastro, para poder desenredar la madeja…

No soy hombre de leyes y por lo tanto carezco de elementos de juicio suficientes para poder emitir una opinión autorizada, pero como ciudadano de a pie, y después de haber leído casi todo lo publicado durante la instrucción del sumario, tengo que reconocer que en mi opinión no se hizo con el rigor mínimo imprescindible, y el colmo de los despropósitos parece ser cuando el fiscal instructor pedía miles de años de cárcel para “El Egipcio”, como uno de los inductores y cerebros de la matanza… y resulta absuelto.

Según todo lo publicado, el juez que ha dictado sentencia lo ha hecho con un rigor muy notable, en función de toda la instrucción que se le facilitó, y en eso no hay disparidad de criterios.

Sí la hay en la forma de llevar el sumario y de haber realizado la instrucción.

Por lo visto, los asesinos sólo querían sacar del poder al Gobierno de Aznar y a fe que lo consiguieron, pero se me hace muy difícil de creer que cuatro desgraciados, confidentes de la Policía o de la Guardia Civil, tuviesen la capacidad organizativa para llevar a cabo esa complicadísima barbarie… sólo por eso.

El tiempo dirá.

Parece un caso ya cerrado, pero por otra parte, al parecer se han presentado o se van a presentar unos recursos que pueden traer consigo la reapertura del sumario.

Aunque sólo fuese por higiene democrática y por serenar los ánimos de las víctimas, considero que habría que buscar una explicación más lógica y coherente.

No hay crímenes sin móvil aparente y nadie se juega su vida o su libertad por cambiar el Gobierno de un país que ni siquiera es el suyo.

Y si no se hace así, la confianza en nuestras instituciones de Justicia, en mi opinión, puede quedar seriamente tocada… si no lo estaba ya bastante.