¿No queda nadie decente en el PSOE?
Como no quiero apropiarme de las frases de nadie, antes que nada les aclararé que la pregunta que encabeza mi columna no la hago yo, sino que la hizo una ilustre y preclara ex socialista, Rosa Díez.
La hizo pública poco después del ridículo y ficticio abrazo que se dieron Pedro y Pablo, el mismo lunes día 11 de Noviembre, tras conocerse los resultados de las elecciones, que posteriormente se cambió con el voto por correo, perdiendo un voto el PNV que fue a parar al PP.
Ese abrazo, me recordaba el apuñalamiento por la espalda del “Bruto” Iglesias al “Cesar” Sánchez, perfectamente escenificado, aunque sin puñal, pero si cargado de dinamita política.
Si es incomprensible esa muestra efusiva de cariño hacia un ególatra megalómano, que hasta veinticuatro horas antes le despreció hasta lo increíble, por el otro lado todo es más fácil de entender, ya que Pedro, es un “abrazafarolas”, pensando siempre en su propio interés y poniendo en peligro tanto a su partido que pierde crédito y votos a espuertas, como a la España Constitucional a la que dice defender, pero busca los votos de quienes la quieren destruir.
Ahora la gran duda es saber en ese juego “de pillo a pillo” entre el Gobierno del PSOE, los independentistas catalanes y vascos y los ex asesinos y terroristas de Bildu quien se lleva a quien a su propio huerto.
Es como querer cuadrar en el círculo de la España Constitucional, a quienes están empeñados en salirse para formar un cuadrado más extenso, saliéndose del mismo por las esquinas y disponiendo de su propia independencia en esas esquinas.
Tanto Pedro como Pablo saben perfectamente que sumando no llegan y van a tener que contar con todos los demás.
Pedro necesita que Pablo le ayude a convencer a los otros para que le voten a se abstengan, porque sabe que el de Podemos en cierto modo es uno más de los otros, pero por distintas razones.
Pablo está al servicio del Comunismo Internacional (ahora en Sud América se le llama “castrismo” en Cuba, “chavismo” en Venezuela y de mil otras maneras en Bolivia, Ecuador, Chile e incluso Argentina) y desde allí, pretenden extender sus tentáculos a Europa, y después de haber fracaso en Grecia, ahora ponen su objetivo en España.
Con ese objetivo es capaz de pactar con todos los enemigos de las democracias occidentales y los independentismos tienen intereses afines con ellos.
El “tonto útil para sus objetivos” se llama Pedro Sánchez que se considera inteligente y solo es maniobrero, ególatra y ambicioso, con el aditamento de no tener paciencia para esperar su momento si algún día le llega.
Precisamente por eso, Rosa Díez, como de otro modo menos directo pero en el mismo sentido, se han manifestado Alfonso Guerra, Paco Vázquez, Corcuera, Leguina y tantos otros socialistas históricos que no entienden ni llegan a comprender a dónde quiere llegar el Presidente en Funciones con esos compañeros de viaje.
Y para confirmar que efectivamente, el encabezamiento de la columna es una realidad innegable, solo ha hecho falta lo de ayer, después de la sentencia de los ERES:
¿Qué espera Pedro Sánchez para asumir sus responsabilidades como socialista, después de ver la sentencia, en la que se evidencia el saqueo a las arcas del estado de más de 600 millones de euros por el socialismo?
¿Queda algo de decencia en quiénes promovieron un voto de censura por la milésima parte de corrupción privada?
Me temo que Rosa Díez manejaba mucha razón al hacerse esa pregunta sobre la decencia socialista.
Hasta la semana que viene amigos.